Cuarto novillo de Montealto para Valadez. Otro silencio para el azteca

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4º Hubo más facilidad que brillo en el saludo a la verónica al cuarto que convirtió Valadez en chicuelinascuando llegó a los medios con el enclasado animal. Por zapopinas quitó el mexicano para calentar al tendido, a lo que respondió Carretero con chicuelinas de media altura. Tiene oficio y tiene asiento Valadez, pero le costó acoplarse con la embestida humillada y codicioso del de Montealto, al que le permitió tocar tela más de la cuenta, afean dos los finales que tenía buenos el utrero. Animoso y entregado, le faltó sapiencia para gobernar al bravo, que, como tal, fue exigente. Y que no se cansó de regalar embestidas sin que le cogiese la distancia ni el pulso. Mató, además, de una estocada baja, falló con el descabello y escuchó silencio.

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