Las Ventas. 11ª de feria. Toros de Las Ramblas. Padilla ( silencio y ), Ferrera ( silencio y ), Escribano ( silencio y silencio)

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JAVIER FERNÁNDEZ-CABALLERO / FOTOGALERÍA: LUIS SÁNCHEZ-OLMEDO

Una seria corrida de Las Ramblas era la que hacía acto de presencia en la undécima de la Feria de San Isidro esta tarde de domingo en Madrid. Tres toreros banderilleros hacían el paseíllo a las siete en punto: Juan José Padilla, Antonio Ferrera y Manuel Escribano. No terminó de romper un encierro del que tan sólo humilló el quinto; Ferrera, torerísimo, paseó un premio con petición de doble, Padilla fue ovacionado y Escribano lo intentó sin fruto.

"Ilimitado” llevaba por nombre el primero de la tarde, número 5, negro listón, cinqueño y con 523 kilos de peso. Directamente Padilla se fue a recibirlo pero iba dormido un animal que metió mejor la cara por el pitón izquierdo. Justo Jaén se encargó del tercio de varas del animal, ejecutando un primer puyazo en el que el de Las Ramblas mostró falta evidente de fuerzas, siendo fuertemente protestado por el tendido durante todo el tercio. Invitó a Ferrera y Escribano a parear el jerezano, en un tercio eficaz más que brillante por intentar que el animal no se cayese, midiendo muchos los hombres de plata los capotazos. De dentro hacia afuera fue el último par de Juan José Padilla. No tuvo opciones ante un animal que se caía y no prestó opción alguna por su falta de fuerzas y que, sin duda, debió ser devuelto por la presidencia. Silencio.

Castaño era el segundo, "Joyero” de nombre, número 34, cinqueño y con 572 kilos de peso, primero del lote de Ferrera. Distraído salió el animal, pero lo enceló Ferrera muy bien a la verónica, aprovechando la salida del animal para irse hacia el centro del anillo, donde lo remató con dos bellas medias. José María González le recetó los puyazos a un toro que sí se mantuvo más que su hermano anterior tras las varas, quitando por chicuelinas Manuel Escribano. Parearon los tres matadores, destacando el máximo riesgo del par de Antonio Ferrera en el que cuadró el embroque por los adentros. Torerísimo fue el inicio de faena, en el que conectaron tres buenos muletazos y una gran trinchera que llegó arriba. Por el lado derecho conectó también en la siguiente tanda, pero comenzó a protestar el de Las Ramblas en las siguientes series a pesar de que trató con máxima dulzura el extremeño al animal. Se fue apagando más y más el toro, matando Ferrera de estocada un punto caída.

"Dudoso”, número 22, se llamaba el tercero, un negro listón bragado y meano con cinco años y luciendo 521 kilos de peso. Manuel Escribano, en el toro de su reaparición en Madrid, lo lanceó sin demasiado lucimiento a la verónica. En cuanto sintió el hierro salió huyendo del caballo de Juan José Esquivel –sustituyendo a Chicharito, que fue herido en el peroné el pasado domingo en la corrida concurso de ganaderías celebrada en la localidad gaditana de Los Barrios-. A pesar de que pidió el cambio de tercio, la presidencia no lo concedió y debió darse un tercer puyazo porque el animal estaba sin picar, que tampoco fue excesivamente efectivo. Importante fue la suavidad de Antonio Manuel Punta en la lidia de banderillas. Tuvo emoción el quiebro al violín del torero de Gerena en tercer lugar. A su picador Chicharito fue el brindis en la distancia, comenzando faena con dos buenos muletazos hasta llevarse el toro a los medios y proseguir labor por la derecha. Silencio.

"Jardinero” llevaba por nombre el cuarto de la tarde, segundo del lote de Juan José Padilla, herrado con el número 22, de pelo castaño. Con cuatro largas cambiadas de rodillas recibió el jerezano al animal, hasta los mismos medios, donde remató con una revolera. Galleó por chicuelinas fue como acercó Padilla el toro al caballo que montaba Alventus. Conectó Padilla en el tercio de banderillas. Vibrante fue el inicio muleteril de rodillas al animal, llevándose la ovación más intensa de toda la tarde hasta ese momento. También conexión tuvo la siguiente tanda a diestras, pero el toro se afligió en la siguiente serie e incluso cantó la gallina, rajándose y yéndose a las tablas. De buena estocada mató el jerezano. Ovación.

Con la cara altísima fue en el capote de Ferrera el quinto de la tarde, un animal al que picó Antonio Prieto y banderilleó el torero extremeño. Torerísimo fue el inicio de faena del matador, andándole con despaciosidad pero ritmo al toro hasta los mismos medios de la plaza. A media altura llevó al animal por el lado zurdo, por el que exprimió en las dos primeras tandas. Bien por el lado diestro conectó con el respetable, llevando embebido al toro en los trastos y creyéndose en todo momento los grandes momentos que estaba consiguiendo. Excelente fue la tanda que remató la serie, llegando a Madrid con un monumental pase de pecho. Espada en mano, y tras un gran epílogo, el extremeño remató de estoconazo sin puntilla. Oreja con fuerte petición de la segunda no concedida.

A portagayola se fue Manuel Escribano a recibir al sexto de la tarde, al que saludó con una larga cambiada y, ya con el tercio cambiado por los clarines, recetarle media docena de airosas verónicas. A su antiguo apoderado, José Luis Blanco, fue el brindis del torero de Gerena. Dos pases cambiados por la espalda de máximo riesgo fueron preludio de una faena en la que por el lado derecho intentó y consiguió la conexión. Este toro sí que humilló en comparación con sus anteriores hermanos y metió la cara abajo, siempre entrándole entregado a la muleta del torero sevillano. Pero no tuvo la mejor rúbrica la faena, puesto que mató de metisaca que fue efectivo en el animal. Palmas.

FICHA DEL FESTEJO

Plaza de toros de Las Ventas. Undécima de la feria de San Isidro. Corrida de toros. 20159 espectadores.

Seis toros de Las Ramblas, correctos de presencia y de fea hechura en general, pero muy en tipo. Noble y sin raza el espeso primero; humillados y con intención muy a menos el segundo; deslucidote sin maldad el tercero; de emotiva repetición mientras duró el cuarto; entregado y con calidad el febrero quinto; humillador con repetición y codicia sin poder el sexto.

Juan José Padilla, silencio y ovación.

Antonio Ferrera, silencio y oreja.

Manuel Escribano, silencio y palmas. 

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