Morante, tras el cuarto, en el que estuvo a punto de cortar la oreja, señaló que "le he puesto mucha pasión y se ha vivido la faena con intensidad. Ha sido un toro que picoteaba mucho, con el que no era fácil estar delante, pero he estado muy motivado y a gusto con él. No le perdí la fe al toro y lo he tratado con cariño porque tenía nobleza”.
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