Garrido, único premio de la corrida joven de Sevilla

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EMILIO TRIGO / FOTOS: ARJONA-PAGÉS

Un cartel de jovencísimos matadores era el que acogía el coso del Baratillo este miércoles para el arranque del ciclo continuado de festejos en su Feria de Abril. José Garrido, Álvaro Lorenzo y Ginés Marín hacían a las seis y media en punto el paseíllo frente a un encierro de Torrestrella.

Larga cambiada de Garrido en chiqueros con solvencia. Recorrió el extremeño el albero camino de aquellos terrenos para plantarse de rodillas y así comenzó la lidia del boyante que abrió plaza. El Torrestrella se desplazó con bondad y recorrido lo que aprovechó un garboso Garrido para 'jartarse' de torear con el capote. Sensacional José que imprimió ritmo, cadencia y gusto en casa templada verónica. Continuó muy torero con el percal llevándolo con gracia con un galleo muy pinturero. Garrido quería más y tras una justa vara interpretó un quite con mucha plastificad y gran media. Sé sintio con el percal en todo momento. El primero perdió fuelle en el último tercio embistiendo sin clase y con media arrancada. Un toro que tal vez acusó tanto capote en los primeros tercios de José y Lorenzo que también realizó su oportuno quite. Labor correcta de Garrido, con oficio, que no pudo construir faena por la nula colaboración de su oponente. El de los Alburejos tuvo un punto de genio, bruto a la hora de coger la muleta del extremeño. Silencio.

Abanto el primero del lote de Lorenzo que no se rebosó nunca en el capote de Álvaro. Toro mansito de condición que marcaba una y otra vez con irse a los terrenos de chiqueros. Lorenzo que brindó al cielo fue convencido a su toro. Le abrió los caminos y lo esperó para pulir la arrancá descompuesta del oponente. Un toro de teclas, complicado y cambiante a lo largo de su faena. Tuvo mérito el toledano que templó con el trapo una picante embestida y además imprimo mucho gusto a su quehacer. Lo desorientó y no le dio tiempo a pensar al Torrestrella amarrándolo en la franela. Faena de nivel del joven espada que estuvo muy fino y que gustó a la parroquia Sevilla. La espada fue su talón de Aquiles, perdiendo la oreja por su mal uso. Silencio.

Saludo variado de Ginés con el percal al tercero. Gustó pero no calentó. Un toro que se movió con prontitud pero con poca transmisión. El Torrestrella llegó al último tercio con movilidad pero sin demasiada claridad en la embestida. Un astado que entraba dormido al embroque pero de mitad del viaje hacía delante sacaba en genio del interior. Ni una embestida clara salvo las obligadas y sometidas con las que inició Marín. Un toro de pasar fatiga sin que nadie lo aprecie, de esos que son más de público que del torero. Sin embargo Ginés Marín, estuvo firme y más técnico que estético. El extremeño por encima de su oponente. Espadazo arriba.

Silencio al torero y palmas al toro.


Garrido volvió a expresarse con el percal y ofreció un toreo puro de verónica con las muñecas dormidas y mentón en el pecho. Toreo arrebatado, barroquismo en esencia. Un toro muy claro y humillador en todos los tercios. Embistas con calidad, transmisión en su galope. Hasta banderillas todo fue prometedor lo que vio Garrido para brindar a todos. Inició torerísimo de rodillas con un doblón por bajo de verdadero cartel. José ofreció la muleta con la diestra con distancia entre toro y torero, acudiendo el Torrealta con prontitud y virtudes. Se rebosaba claramente reponiendo y colocando la cara para el siguiente. Garrido con sumo gusto recetó muletazos muy buenos pero sin afianzar contundente. Hubo cosas buenas por ambos pitones incluidos unos naturales de mucho empaque. En conjunto una faena con torería a la que le faltó mayor rotundidad ante un toro muy propicio para ello. Oreja tras buena estocada y ovación al toro en el arrastre.

El quinto desentonaba con sus hermanos, un toro abierto de cienes, amplio de pitones y muy desigual de embestida. Lorenzo brindó a la maestranza en los medios. Siempre sincero delante de su enemigo, un toro 'empestiñado' algo mirón al que hubo que tragar en silencio sus dudas. Tuvo obediencia pero en el cite y falta de transmisión en conjunto. Oficio y tesón demostrado ante un animal que no rompió nunca para 'alante' de verdad. Esta vez resolvió con la espada. Silencio.

A la larga cambiada a portagayola de Marín le precedió un ramillete de verónicas con plasticidad. El sexto fue un astado suelto de carnes y de embestida rebrincada. Pareció estar lastimado de manos. Iba con todo el de D. Álvaro que buscaba el engaño a saltitos, de mala forma, pero sin malas intenciones. Muy en rectitud y brusco. Gines intentó agradar con un planteamiento de faena variado y por ambos pitones. Destacó la firmeza y algún muletazo suelto pero sin poder calentar el cotarro por la falta de colaboración del deslucido que cerró un interesante encierro de Torrestrella. Silencio.

FICHA DEL FESTEJO

Plaza de toros de la Real Maestranza de Caballería de Sevilla. Tercera de abono. Corrida de toros. Media plaza.

Seis toros de Torrestrella.

José Garrido, silencio y oreja.

Álvaro Lorenzo, silencio y silencio.

Ginés Marín, silencio y silencio. 

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