Primer toro de Montealto para Curro Díaz. Palmas a la porfía del jiennense

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Basto y espeso era el primero de Montealto, desentendido de telas en el saludo capote Roberto de un Curro que comprobó pronto su fuelle justo y desistió de estirarse. Metió los riñones en varas en un primer encuentro al relacionado y se fue al caballo de la puerta nada más que lo sacaron del peto. A Garrido brindó Curro la faena, que fue un entrar y salir de la cara para sacar de rechazos sueltos de docilidad bovina sin poder. Bien en la técnica el jiennense, no pudo, sin embargo, provocar la ligazón de un toro ayuno de condiciones. Lo mejor, la estocada fulminante que precedió a las palmas. 

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