Ángel Sánchez: “Toreé con el alma: fue una tarde que ni yo mismo me esperaba“

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JAVIER FERNÁNDEZ-CABALLERO


Ángel Sánchez estuvo ayer a punto de reventar Madrid. En medio de una novillada de La Quinta con hasta tres animales potables, le tocó en suerte un quinto al que le hundió la mano para partirse a torear al natural. No había cuajado el toreo del joven aún entre el aficionado pero puso a todos de acuerdo ayer en la primera plaza del mundo con un toreo encajado. Y lo hizo con el mentón hincado, con la estampa relajada, con la mano muy baja, con un inicio de faena de los que ya no se ven, con la muleta prendida del centro del palillo, con ese no perder pasos que fue clave del convencimiento, con la tez avivando al tendido después de cada soberbia tanda y el maestro Ortega Cano, junto a Pepe Castilla, disfrutando en el olivo porque aquí tienen torero. Hablamos con el joven madrileño.


¿Cómo viviste la faena, Ángel? ¿Cómo fueron para ti aquellos diez minutos mágicos y con qué te quedas de tu primera tarde en Madrid?


Me quedo con la entrega de la plaza hacia mí. Fue una tarde que ni yo mismo me esperaba. Sabía que podía llegar en cualquier momento pero no me imaginaba que sería ayer. Surgió, y cuando surge el toreo cala en el público.


Lo que sorprendió es que, después del ayuno novilleril en los últimos meses y de que no llegue al escalafón menor ese gran relevo novilleril, ayer Madrid se volvió a ilusionar con un novillero que hizo el toreo de verdad, con la mano muy baja y toreando muy de frente. Ahora hablaremos de condicionantes de la tarde, pero durante la faena, ¿qué se te pasaba por la cabeza?


Muchas cosas, pero lo principal era estar tranquilo y con la mente fría para que no perdiera los papeles y pegarle muletazos como lo hice. Creo que lo conseguí y se hizo notar en los tendidos.


Conforme se estaba desarrollando la novillada de La Quinta, ¿cuándo percibiste que ese novillo te podría valer y que era de triunfo?


Hubo un momento en el que mi banderillero lo sacó del caballo, el novillo humillaba y hacía el avión con una profundidad inmensa. Pensé que ese toro era de faena importante. Todo el mundo me decía que me lo llevase al centro de la plaza, pero lo veía más fácil en el tercio, donde lo toreé. Abrí boca con el inicio rodilla en tierra y así lo hice.


Ese inicio de faena que no se ve ni en festejos mayores llegó en la tarde de ayer. Tuvo muchísimo sabor y, bajo mi punto de vista, fue clave para que Madrid entrase de lleno en la faena.


Me salió solo. Fue bonito. Toreé con el alma al fin y al cabo. Me salió solo y era mi día.


Además, con una grandiosa entrada que supongo que eso arropará aún más. No es lo mismo que estar con menos de un cuarto de plaza…


Claro. Yo sabía que iba a ir gente, pero no me esperaba tanta. Cuando me bajé por la calle de Alcalá en la furgoneta y vi las colas en las taquillas me ilusioné. No me imaginaba que toda esa gente entraría en la plaza. Tuve la gran suerte de sentir el olé de Madrid.


¿Cuáles fueron los consejos del maestro José Ortega Cano y Pepe Castilla? ¿Qué te dijeron también posteriormente?


Lo principal que me dijeron es que tenga la mente muy fría y que sepa pensar y hacer las cosas bien delante del toro. Que supiera lo que hacer en cada momento.


Es de honra que un novillero que está empezando apueste por la diversidad de encastes. Sabemos que te has criado taurinamente en hierros como Flor de Jara, que conoces perfectamente ese encaste, pero apostar las dos tardes en Madrid en este momento a Santa Coloma es de loa para un novillero que empieza.


A mí, como todo el mundo sabe, es un encaste que me gusta bastante. Por suerte lo entiendo y me siento más cómodo toreando este tipo de toro, el cual para mí tiene una embestida peculiar. Puede ser sorprendente que un novillero que está empezando apueste por estas dos ganaderías: la gente me decía que quién era Ángel Sánchez para estar dos tardes en Madrid. La gente valora sin saber y ahora el público sabe quién soy, cómo toreo y me va a respetar y me va a ayudar. Tuve todo de cara para que saliera como salió la tarde de ayer.


A partir de ahora, ¿qué hay? ¿Cuáles son tus fechas aparte de San Isidro? ¿Qué tienes apalabrado?


El teléfono es el del apoderado. Mi objetivo es entrenar día a día. Todavía me queda mucho para seguir mejorando y seguir necesitando de esa espada que me quitó un gran triunfo. La próxima fecha es mañana, que voy a entrenar, y esta mañana, que también he estado entrenando.


Supongo que al igual que casi revientas Madrid, tendrás que reventar ahora el carretón.


Tampoco tengo que comerme mucho la cabeza. He estado en el campo matando toros y en novilladas anteriores y sé que soy buen matador. Tengo que seguir en mi línea y no cambiar, porque a lo mejor lo de ayer fue un mal día. Tengo que seguir entrando al carretón como cada día y no comerme la cabeza.


La nota negativa de la tarde la puso el compañero García Navarrete. La sensación de compañerismo permaneció durante toda la tarde tras el percance...


Con Daniel tengo buena relación, pues hemos coincidido en el campo. Fue un palo ver a un compañero en esa situación, pero es parte del espectáculo y le ha tocado a él como le podría haber tocado a cualquier otro. 

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