​CRÓNICA DE MARYSOL FRAGOSO PARA "LA DIVISA"

SANCHEZ SE LA JUEGA PERO MALOGRA CON EL ACERO* Perera y Silveti con pasajes importantes ante toros débiles de Montecristo

|



Tarde de silencios en "la México". Sólo una ovación cosechó J.P:Sánchez compartiendo cartel con Perera y Silveti en el regreso de la Temporada Grande con una pobre entrada, menos de 1/4.



PLAZAMEXICO

SANCHEZ SE LA JUEGA PERO MALOGRA CON EL ACERO

*Perera y Silveti con pasajes importantes ante toros débiles de Montecristo

TEXTO: MARYSOL FRAGOSO

FOTO: PLAZA MÉXICO


El diestro hidrocálido Juan Pablo Sánchez ha logrado la única faena que emocionó a la afición y que la mantuvo al filo del asiento, durante la reanudación de las corridas de toros en la Plaza México, donde se lidió un encierro de Montecristo cuyos toros tuvieron clase pero poca fortaleza, lo cual, han dado escaso margen de lucimiento a los toreros.

Sánchez demostró durante esta corrida que se ha convertido en un torero con carácter que está dispuesto a apostar fuerte para mantener el sitio que se ha ibo ganando por méritos propios, sin embargo, estuvo poco hábil en el manejo de los aceros, para dejar escapar el triunfo.


Se jugó la vida ante el quinto y aquello que había construido a base de arrojo para cortar una oreja, desembocó en el escueto resultado de silencio tras aviso. Detrás de ello, hubo una faena importante que, alejada de la cualidad del temple, tuvo la virtud de la entrega para dejarse la piel en la faena muleteril

Ese quinto burel tuvo una salida con vigor, descolgaba la cara e hizo albergar ilusiones a los asistentes. Tras un puyazo breve el toro empezó a calamochear y a medir al torero hasta que lo prendió. Por fortuna, únicamente se escurrieron los pitones por la entrepierna del coleta y se salvó de sufrir cornadas graves. Se levantó para ejecutar tandas en las que se jugó la piel. Tras su esfuerzo mayúsculo falló con la espada y con el descabello.

Ante el segundo toro, lidió por nota y consiguió tandas por ambos pitones. Le había encontrado la distancia. Rescataba al toro de la caída al levantar apenas la franela en el último tiempo del muletazo. Su labor fue meritoria pero mató hasta el segundo viaje y dejó escapar el triunfo.


Diego Silveti salió en el plan de defender la oreja que había cortado en su anterior corrida en este coso, pero no contó con toros para llevarlo a cabo. Lo mejor que logró fueron los pasajes con el capote ente ambos toros. Al tercero lo recibió a pies juntos, luego un quite por mandiles y la revolera. Al otro lo bregó con el capote muy corto y un quite ceñido por gaoneras. Sin embargo, ninguna de sus labores logró remontar ante la poca fuerza de los astados que enfrentó.


El lote de Perera fue el más soso. El coleta mostró actitud pero tampoco le fue posible cuajar una faena completa. Hubo en cambio, eso sí, pasajes de calidad en ambos astados gracias a su voluntad. Ante el primero obtuvo dos estupendas tandas de naturales. Por el derecho llegó a torear sin ayudado recreándose en cada muletazo. Ante el cuarto, debió acortar distancias hasta obtener detalles muy buenos.

Al término de la lidia del primero, saltó al ruedo el activista Peter Janssen que en ruedos de Europa ha hecho lo mismo en varias plazas. Armado de una pancarta y una leyenda en la barriga contra las corridas de toros. Fue sometido por el banderillero Amores, de la cuadrilla de Perera y remitido a la delegación. Ha quedado a disposición de la autoridad.

FICHA

PLAZA MÉXICO.

DOMINGO 22 DE ENERO

Undécima corrida de la temporada. Unas 12 mil personas en tarde agradable.

SEIS TOROS DE MONTECRISTO, cumplieron en presentación. Con clase pero faltos de fuerza. PESOS: 498, 528,514,542, 525 y 546 kilos.

MIGUEL ANGEL PERERA (grana y oro):

Silencio tras aviso y silencio

JUAN PABLO SÁNCHEZ (malva y oro):

Saludos en el tercio y silencio tras aviso

DIEGO SILVETI (aguamarina y oro):

Silencio y silencio tras aviso

INCIDENCIAS: Se rindió un minuto de aplausos a la memoria del ganadero Juan Huerta, del picador Gabriel Sánchez y del puntillero Jorge Méndez. El activista Peter Janssen fue remitido a la delegación tras haber saltado al ruedo para protestar contra las corridas de toros. Ha quedado a disposición de la autoridad.





CRÓNICA DE M. A. HIERRO / WWW.CULTORO.COM


Temple de Perera y Juan Pablo ante mediocres Montecristos

Las espadas provocaron que sólo Juan Pablo Sánchez saludase una ovación ante el segundo mientras Silveti se diluía con el buen sexto, el único con posibles del encierro



Regresaban las corridas de toros a la plaza México en la segunda parte de la Temporada Grande con un cartel interesante y variado en el que el español Miguel Ángel Perera y los mexicanos Juan Pablo Sánchez y Diego Silveti se enfrentaban a una corrida también azteca de Montecristo.


El feble primero de Montecristo, que tuvo cierta calidad a la hora de seguir los engaños, tuvo verdaderas dificultades para mantenerse en pie, y tuvo que tirar Perera de sapiencia y de conocimientos para templarle las embestidas andando. Mano izquierda, precisión matemática en toques y altura también precisa para robarle los muletazos con la máxima limpieza a un toro al que no se le podía exigir. Lo entendió a la perfección un torero que busca el ralentí cada día más, pero la falta de espíritu y de condición física del animal dejaron la faena en un interés para el profesional ante el aburrido toro. Falló, además, con el acero, y todo quedó en silencio tras aviso.

Más remate en la caja y más morrillo pero menos perfil lució el segundo, que fue acortando el viaje cada vez más en las verónicas de buen trazo con que lo recibió Juan Pablo Sánchez. A penas un refilonazo le dejó el varilarguero, recordando la condición del toro anterior. Fue el propio torero mexicano el que se encargó de la lidia en banderillas, procurando cuidar siempre la humillada condición. Muy pronto le cogió el aire Juan Pablo a este segundo, pero también fue rápida la exhibición del toro de su feble condición. Todo lo puso difícil el animal, que nunca quiso entregarse, le costó completar los recorridos y volvió sobre las manos cada vez que pudo, aunque logró acoplarse Sánchez con inteligencia y mano diestra, siempre a base de enganchar con perfección y no dejar nunca que se saliera de su franela. Supo esperarlo, conducirlo y vaciar luego el final de un viaje que siempre se dirigía al suelo. Muy metido en la faena, terminó metiéndose también al tendido en el bolsillo engarzando dosantinas con el de pecho posterior sin solución de continuidad ni movimiento de plantas. Fue el cénit de una labor que siempre buscó el toreo caro. Muy decidido al segundo viaje, enterró el acero para saludar una sentida ovación.


Al tercero le faltó entrega y franqueza en las arrancadas al percal deDiego Silveti, que tuvo que buscar más la colocación que la brillantez en el vuelo del capote. Tampoco tuvo empleo el animal en el peto, donde anduvo más rato de la cuenta tras el picotazo que le dejaron. Más transmisión sacó el toro girón en los delantales con que lo quitó Silveti, que no embarcó ni obligó para no restarle facultades a un animal que no las tenía boyantes. Sí arrancaba, sin embargo, con un tranco enritmado que no quiso exigir el mexicano en primera instancia, y se dedicó a ahormar sin apreturas la atolondrada carrera, con más limpieza que brillantez. No era lo mismo el toro a zurdas, y tampoco lo fue Diego, al que le costó cogerle el pulso y el trazo elegante al animal. De ahí hacia adelante, tampoco con la diestra logró el azteca la conexión con el de Montecristo y, por ende, con el tendido. Marró con la espada y escuchó silencio.

Apretado de carnes y prominente en el morrillo salió el cuarto, de cierto desliz a diestras y buscador de tobillos a zurdas en las verónicas que intento templarle Perera, rematadas con sabrosa media que deslució el desarme. Tremendo el asiento del extremeño en el inicio de muleta, pasando por ambos pitones a un toro que se pensó cada arrancada, sacando un cambio de mano monumental para cerrar el primer contacto. Poderoso en la muñeca Perera, supo abrir y cerrar el trazo a medida que se lo iba demandando el de Montecristo, que quiso seguirle con más voluntad que clase. Molestó mucho la reposición constante del toro, que volvió mucho sobre las manos tras el muletazo. Quiso conquistarle la posición al animal, pero renunció a esa cercanía ante la protesta violenta del toro a cabezazos y brusquedades. Tampoco a este lo despenó con celeridad y escuchó silencio.


El cárdeno quinto tuvo cierta condición en su embestida encendida y en corto, y tal vez por eso lo brindó a la concurrencia Juan Pablo Sánchez. Pero perdió las manos con insistencia el animal en el inicio muletero, lo que complicó la actuación de un Juan Pablo que no perdió la fe. Le faltó ritmo al cárdeno, a pesar de que le dejó bien la muleta Sánchez para vaciar los viajes. Se empeñó, sin embargo, el mexicano en coserle los naturales, y alguno muy bueno le deslizó, casi a la trágala, al sosísimo animal, con el que no fue posible el triunfo y todo debió quedar en una sólida actuación sin mácula. Quiso buscarle la cercanía Juan Pablo, a falta de otro argumento, y se llevó una voltereta sin consecuencias al quedarse el toro bajo la tela. Le robó luego derechazos a favor de querencia para rematar con un cambio de mano muy en corto que caló en el tendido. Pinchó el mexicano y al traste se fue una tarde en la que pudo haber cortado una oreja a cada toro. En silencio tras aviso dejó el premio el descabello.

El sexto fue sin duda el toro con más posibilidades de la corrida, y quiso Silveti aprovecharle la movilidad y la transmisión con cambiados en los medios para iniciar, buscando que el tendido entrase en el trasteo con rapidez. Pero fue exigente el animal, que sólo se templó cuando el mexicano le encontró el pulso para trazar y conducir las arrancadas. Siempre la quiso tomar el de Montecristo, siempre se mostró dispuesto a pelear por ambos pitones en una faena de altibajos en la que le buscó Diego muy pronto la cercanía, apagando la chispa del animal. Allí ya no fue lo mismo, y la conexión con el tendido terminó por esfumarse, al igual que la faena.



FICHA DEL FESTEJO


Monumental Plaza México. Temporada Grande, primera corrida de toros de la segunda parte de la campaña.

Toros de Montecristo, correctos de presencia y en tipo. De cierta calidad sin fondo físico el inválido y aburrido primero; justo en la fuerza y falto de clase el espeso segundo; con transmisión sin clase el informal girón tercero; descompuesto y rebrincado el reponedor y violento cuarto; sin ritmo ni emoción el deslucido quinto; con voluntad, transmisión y cierta calidad el sexto.

Miguel Ángel Perera (grana y oro): silencio tras aviso y silencio.

Juan Pablo Sánchez (lila y oro): ovación y silencio tras aviso.

Diego Silveti (turquesa y oro): silencio y silencio tras aviso.

Sin comentarios

Escribe tu comentario




No está permitido verter comentarios contrarios a la ley o injuriantes. Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios que consideremos fuera de tema.