Un escalafón de, al menos, 50 nombres que dan para que el propio sector se auto promocionara dentro de la competitividad y la rivalidad. De esta plantilla salen para hacer dos o tres galas similares a los “goya”.

​Utopías: Si los toros fueran futbol

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EDITORIAL DE PJC

Programa La Divisa del 9 de enero de 2017


Utopías: Si los toros fueran futbol


Pues, ya está listo el 2017 taurino. Se presenta interesante en fase de expectación dado el elenco de matadores y ganaderías más que suficientemente acreditados/as para hacer ferias atractivas; de todo metraje, pelaje y condición.


De los matadores:

9 cabezas de serie entre figuras consolidadas, las que nadie discute; figuras consideradas y serios proyectos de tal condición. En definitiva, aquellos toros básicos para una feria (básicos, necesarios, porque demostrado está que en estos momentos ninguno es imprescindible):

Ponce, Juli, Morante, Manzanares; y Talavante, Castella, Perera. Más López Simón y Roca Rey.


De los jóvenes ha quedado contrastado José Garrido; y de los alternativados un revalorizado Ginés Marín, un muy esperado Luis David Adame y la ilusión que despierta Álvaro Lorenzo.

En Perú, y en Francia, también en España se confía en Joaquín Galdós, si bien es otro registro.


Una gran clase media con triunfos sonados, continuados, muy recientes: David Mora, Curro Díaz, Juan Bautista, Joselito Adame, Iván Fandiño. Y el 2016 ha supuesto un “beguin the beguin” de Cayetano.

El atractivo de los intérpretes del toreo puro como Paco Ureña y Urdiales.

Autorizados para todos los públicos como Padilla y El Fandi más el beneficio de la duda de volver por sus fueros tanto Escribano como Ferrera como un recuperado para la causa en 2016 Fortes.

Para un roto y un descosido, en plena madurez está Rafaelillo y parece que en 2016 a partir de muy avanzada la temporada “resucitó” El Cid.

Abellán tendrá en Madrid su causa reivindicativa como Luque (también en Sevilla pero sufriendo) y se sigue esperando a Morenito de Aranda como a Juan del Alamo.

Y los jóvenes, pero con trayectoria, que se lo han ganado a pulso el que no pasen desapercibidos para los empresarios como son los casos de Javier Jiménez, Román, Rubén Pinar, David Galván, etc.


En fin, la lista se hace densa, a fuer de muy interesante, y ruego me perdonen aquellos que no he nombrado; no por olvido, sino por necesidad de espacio.

He reseñado cerca de una cuarentena de nombres.

Restarían un mestizaje de ilustres figuras hasta hace muy poco, veteranos muy válidos y noveles que hay que esperar tal que los americanos que todavía no han dado el salto cualitativo.


Al final medio centenar de nombres atractivos de los que muchos lamentablemente se van a diluir en un escalafón que en 2016 arrojó un censo de 172.

Y ese es uno de los problemas: la cantidad de puestos estériles que se pierden para toreros posibles ocupados por otros que, pese a su dignidad, muchos, no tardarán en servir a la Fiesta desde el bordado de plata. Pero, mientras tanto, repito, son puestos ociosos que tanta falta hacen a los matadores con posibilidades.


Podríamos hacer otro editorial sobre lasganaderías.

Si bien, su momento y grosor se lo mostramos en el reportaje del programa “la Divisa” del pasado día 2 ( como hicimos con los 30 primeros matadores del escalafón en dos entregas anteriores y sucesivas).


Pero esto es así y el “sistema lo bendice”.

Un escalafón de, al menos, 50 nombres que dan para que el propio sector se auto promocionara dentro de la competitividad y la rivalidad.

De esta plantilla salen para hacer dos o tres galas similares a los “goya”.


Ahí tiene Simón Casas mimbres suficientes para hacer una gran feria, pero algo más… como pudiera ser un acto televisado de presentación de un muy atractivo San Isidro como los mundiales de futbol, con la presencia de todos y su gran “alfombra albero” precediendo al “fotocall de flash y oro”.


Pero faltaría lo esencial que distingue a los toros del futbol: la competencia, el todos contra todos en fases y las grandes citas de enfrentamientos entre los de arriba en las últimas rondas selectivas.

Faltarían los bombos, las bolitas, y las manos inocentes de las grandes figuras del toreo retiradas que han sido y siguen siendo referencia.


Pero la endogamia y la estabulación del sistema taurino se choca con la apertura y reciclaje constante del futbol.

Una utopía: si los toros fueran como el fútbol “a lo peor se empezaban a llenar las plazas”.

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