Un consenso entre propiedad y un organizador por delegación de las figuras que tienen la responsabilidad de no dejar que plazas y ferias se vayan muriendo poco a poco.

AGUR VITORIA AGUR…Y ¡FELIZ NAVIDAD!

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EDITORIAL DEL PROGRAMA "LA DIVISA" DEL 19 DE DICIEMBRE 2016

PJC.


AGUR VITORIA AGUR…Y ¡FELIZ NAVIDAD!


Vitoria, se queda sin toros para 2017. Así sin anestesia.

El problema es que al 17 le sigue el 18, 19, 20 y así sucesivamente para que la otrora feria referencia de “La Blanca” pase a ser historia, triste historia.


Se ha demostrado (ha pasado con Coruña y este año pasado en Cáceres) que no hace falta la prepotencia ilegal ni el catetismo nacionalista para hacerle “al toro” un cordón sanitario sabedores que el sector se queda en pelota picada cuando surgen dificultades.


Las circunstancias de no haber toros en el modernísimo coliseo gasteiztarra ya son conocidas: condiciones de licitación inasumibles. Hasta ahí de acuerdo, concurso desierto.


Pero se me antojan fórmulas (que ni son nuevas ni novedosas en otros sectores como el teatro y el artisteo) al límite para salvar una plaza aunque fuera de forma testimonial; un par de festejos de élite o un solo evento taurino al mayor nivel con carácter reivindicativo y demostrativo del orgullo tauromáquico y su capacidad de autosuficiencia producto de su bravura (crecerse ante el castigo).


Si bien para ello hay que aportar generosidad de esas élites que no es más que una responsabilidad a base de invertir perdiendo en el presente para ganar el futuro.

Pero estamos hablando de “las cosas del comer” y el lema del “sector” es que con eso (las cosas del comer) no se juega y que el que venga por detrás que arree.


En plena crisis, viendo venir la que se avecinaba en Coruña y otras plazas parecidas, junio de 2014, escribía una columna en mi habitual colaboración, entonces, en El Imparcial, titulada “LA COOPERATIVA”; junio de 2014, repito, y permítanme que les lea alguno de los párrafos:



alguna vez lo he apuntado aquí sin saber muy bien si es posible o no.
Esas ferias y ruedos que necesitan urgente del rescate, y son multitud, no tienen más viabilidad que “LA COOPERATIVA".

Previo diagnóstico particular de cada lugar y sus circunstancias trazando un plan de viabilidad previo con un importante descenso de los precios.

Un consenso entre propiedad, el supuesto empresario- que sería más que nunca organizador-, los toreros (principalmente el G-10 o figuras que son los que tienen el tirón) y el ganadero, si es que le queda margen, porque lo cierto es que ha sido en los últimos años el sector más sacrificado.

Por supuesto las cuadrillas sin perder sus derechos y condición de trabajadores por cuenta ajena, pero adecuándose a las circunstancias en convenios particulares, en estos casos excepcionales, con sus matadores.
Sería descabellado y grotesco, como alguno me acusará, proponer tal acción si no fuera por tener el "burladero" -contrastado- donde guarecerme que no es otro que las experiencias de otros sectores de la cultura aplicadas en esa dirección hasta vengan tiempos mejores.

Incluso en "el toro" ha habido experiencias: el embrión de la Escuela de Tauromaquia de Madrid surgió de una cooperativa ideada por, entre otros, Martín Arranz.

Cierto que no iba en la dirección de asumir solidariamente la organización de festejos al rescate de plazas pero el modelo económico, societario y de gestión no varía.
El sector (G-10, Mesa del Toro, etc.) ha dado un paso importante válido como meta de salida pero asaz insuficiente como objetivo de llegada: la vuelta a las retransmisiones de las corridas en TVE.
Es de suponer que el próximo día 5 en Valladolid la plaza se llenará por lo civil o lo criminal para dar una imagen de musculatura -un día al año no hace daño- para luego volver a la cruda realidad.

Una mentira piadosa que alivia pero no cura.

El problema es otro: La Fiesta no es sólo las grandes ferias, tres tardes de JT y un festejo en TVE.
La Fiesta es mucho más. Es cosa de todos.

Son tiempos de cooperación sin reservas... ni complejos y necesita un rescate ¡ya!
Las servidumbres de la endogamia en la Tauromaquia lo es por tradición y por principios: ¡dejadme solo!... es el lema.



Bien, volvamos al 2016.


La COOPERATIVA (o remedo) ya existe: la “Fundación Toro de Lidia”.


Donde gran parte del sector ha aportado cuota –algunos de potente importe- y a través de la corrida de Valladolid -homenaje a Víctor Barrio -consiguió una estimable inyección económica.

Luego el organismo colectivo existe y fórmulas de conseguir recursos también.


Pero la FTL no es que se haya desmarcado del caso “Vitoria” es que unas declaraciones de uno de sus “patronos” (D. Carlos Núñez) chirrían cuando dice que “ese no es problema de la FTL”.


¿Entonces?

A lo que se ve. coligiendo los hechos los esfuerzos únicos de la Fundación son sufragar un despacho de abogados y otro de imagen para asuntos que con ser importantes, mucho, son compatibles con otras acciones de choque como salvar plazas.


Es al fin y a la postre evitar el debilitamiento de la Tauromaquia, la sangría de festejos y sus derivados como sueldos y puestos de trabajo, amén de mantener y defender a una afición que, si bien no es cuantiosa, un grano no hace granero, pero ayuda al compañero.

Pues con su pan se lo coman.


Agur Vitoria agur y ¡FELIZ NAVIDAD!

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