LA GENIALIDAD DE MORANTE ABRE LA PUERTA GRANDE

LA GENIALIDAD DE MORANTE ABRE LA PUERTA GRANDE

*Ejecuta faena antológica. Manzanares pierde apéndice por fallar con el acero. Gerardo Rivera esforzado en su confirmación

Por Marysol Fragoso

Fotos: Cortesía Plaza México

Morante de la Puebla ha vuelto a provocar el éxtasis en la Plaza México. Su genialidad y esencia se han conjuntado con la clase y el recorrido de un gran toro de la ganadería de los Herederos de Teófilo Gómez que recibió arrastre lento, para cortar dos orejas y abrir la puerta grande.

Ante ello, Manzanaressacó la casta al ejecutar una faena artística, sin embargo, contrario a su costumbre no ha estado certero al primer viaje y ha dejado escapar la oreja. 

Gerardo Rivera estuvo digno en su confirmación de doctorado.

Se lidió un encierro de los herederos de Teófilo Gómez, con toros desiguales en presentación, el primero fue protestado por su trapío, el resto no tuvo problemas. El segundo complicado. El cuarto bueno, premiado con arrastre lento. Los demás manejables.

Y, si hace seis años, un 12 de diciembre, Sebastián Castella indultó a “Guadalupano” de Teófilo 

Gómez en este mismo escenario, al hacer disfrutar una estupenda faena; ahora, ha sido Morante con “Peregrino” el que expuso su genialidad en un toreo puro, cadencioso, lento y con hondura para estremecer a la afición.

El de la Puebla, había llegado con un talante nunca visto en este lugar, su gesto adusto en otras tardes, esta vez daba paso a una sonrisa cómplice de sus pensamientos. En el patio de cuadrillas, charlando relajado dejaba escapar miradas intensas pero también las hubo serenas y hasta con picardía. Realizó el paseíllo con alegría desbordada.

Recibió con chicuelinas cerca de tablas. Luego lances a pies juntos y el manguerazo de Villalta. Tomó la muleta y le caminó al toro con torería personal e irrepetible. Vinieron las tandas por el pitón derecho, el mejor del astado. Se sublimó en pases y remate que duraron una eternidad.

El lado izquierdo del toro fue menos claro pero aún así brillaron los naturales de tremenda expresión. Remató de estocada fulminante para llevarse dos orejas y recorrer el anillo entre la veneración del público. El segundo le sirvió para poco ya que fue el malo del encierro.

Manzanares le respondió en el quinto con una labor señorial de capote. El toro transmitió pero requería toques muy puntuales que el torero le dio para emocionar con una labor con la sarga cargada de belleza y plasticidad. Sin embargo, el toro agotó el gas y tendió a defenderse al grado de pisarle la muleta y al verlo desarmando al diestro lo zarandeó. Finiquitó de estocada baja y perdió el apéndice. De su primero se rescata su voluntad para imponerse a astado de desacompasada embestida que terminó por irse a menos.

Gerardo Rivera tras un traspié reciente como novillero en esta plaza, se repuso en Tlaxcala durante la alternativa al cortar dos orejas. Sin embargo, ahora, en su vuelta a la monumental, la confirmación entre dos figuras del toreo se ha saldado con un toque de voluntad y variedad con el primero de la tarde, noble y obediente al toque. El torero de Tlaxcala estuvo solvente pero no logró calentar totalmente a la afición a lo largo de la tarde. La historia se repitió en el último de la sesión.

FICHA DE FESTEJO

DOMINGO 11 DE DICIEMBRE. Octava corrida de temporada, aprox. 15 mil personas en tarde agradable.

SEIS TOROS DE TEÓFILO GÓMEZ, desiguales en presentación, el primero fue protestado por su trapío el resto no tuvo problemas. El segundo complicado. El cuarto bueno, palmas en el arrastre. El resto manejable. PESOS: 508, 491, 530, 420, 549 y 536 kilos.

MORANTE DE LA PUEBLA (lila y azabache):

Ovación en el tercio y dos orejas

JOSÉ MARÍA MANZANARES (marino y oro):

Silencio y ovación en los medios

GERARDO RIVERA (sangre de toro y oro):

Ovación en el tercio y silencio