Deslucidísima novillada de Joselito, detalles de la terna y palizón a Aguado

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JAVIER FERNÁNDEZ-CABALLERO / FOTOGALERÍA: LUIS SÁNCHEZ OLMEDO


Regresaba Rafa Serna al escenario venteño en la tarde de este jueves para la novillada con picadores que abría la Feria de Otoño madrileña. Lo hacía tras la gravísima cornada que sufriese en el mes de junio en este ruedo y con Manolo Vanegas y Pablo Aguado como compañeros de cartel. Un encierro de El Tajo y La Reina era la materia prima novilleril para la ocasión.


"Sedero”, con el hierro de La Reina, era el primero de la tarde, un novillo castaño con un peso de 484 kilos, con el que se estiró a la verónica en los medios sin terminar de conectar el venezolano. Javier Martín fue el encargado de llevar al novillo al jaco, al que dejó una levísima primera puya y una segunda que sólo señaló. A pies juntos comenzó su labor ante un novillo noblón pero flojísimo ya en ese inicio, incluso por momentos mortecino. Nada pudo hacer el joven ante un novillo siempre a menos. Le hizo guardia la estocada, sacándola la cuadrilla pero siendo efectiva. Silencio.


"Duque”, herrado con el número 52, con un peso de 464 kilos, más suelto de carnes que su hermano anterior era el segundo de la tarde. Bellísimo fue el remate con una media gustosa de Aguado al animal tras unas verónicas intermitentes. Empujó en la primera vara el novillo, perdiendo las manos tras los encuentros, motivo por el que fue devuelto por falta de fuerza, saliendo en su lugar el quinto. También personalidad capotera demostró Aguado con el bis, dejando buenas verónicas ante un novillo que se comportó mejor en el tercio de varas. Ángel Gómez se debió desmonterar tras dos grandes pares en banderillas. Rebrincado fue el animal en la primera tanda que Aguado le planteó a diestras, que mostró gusto en esa serie y en la siguiente con ligazón. Aprovechando la inercia del viaje le fue sonsacando detalles en los siguientes minutos, porfiando más en la distancia corta. Mató de estocada entera.


"Espejito” llevaba por nombre el jabonero sucio tercero, un animal con un tranco intermitente de salida en el capote de Rafa Serna. Se le fue trasero el primer puyazo a Pedro Muñoz, no rectificando el palo tampoco en el segundo encuentro a pesar de la mala colocación. Al doctor don Máximo García- Padrós fue el brindis del sevillano, que se topó con un animal deslucidísimo desde el primer momento. Sólo apuntes técnicos pudo dejar el hispalense ante un novillo de Joselito que no le dio opciones más que en el trazo y la colocación, en las que estuvo aprobado el joven. Tras intentarlo sin lucimiento de nuevo, fue a por la espada entre la recriminación del respetable de que Serna siguiese frente al mortecino animal. Pinchó en el primer encuentro con la espada, metiendo desprendida la tizona a la segunda.


De 491 kilos era el jabonero sucio cuarto, al que recibió Vanegas por una larga cambiada al hilo de tablas y dejó un ramillete de verónicas con más voluntad y efectividad en el tendido que pulcritud. Largo se arrancó el de La Reina al caballo, pero recibiendo un leve primer puyazo, justificándose tan sólo en el segundo y debiendo entrar por orden presidencial una tercera vez el animal al peto. Al público fue el brindis del venezolano, que comenzó de rodillas su faena y en esa postura conectó con el público. Aguantando los parones fue Vanegas durante su faena, en la que primó la voluntad ante un animal, como sus hermanos anteriores, siempre a menos. Firmeza de plantas y muchísimo valor derrochó ante un animal con peligro sordo, jugándose de verdad la vida el venezolano. Mató de estocada en todo lo alto.


"Envilecido” se llamaba el sexto, un novillo que dio un susto a Rafa Serna capote en mano. Mala fue la actuación del picador, que recibió la ira del respetable cuando se retiraba. Intentó compendiar con gusto la desdibujada embestida del animal siempre Rafael Serna, tapando con técnica la falta de fortaleza del animal, siempre a menos en su tranco.


FICHA DEL FESTEJO


Plaza de toros de Las Ventas. Primera de la Feria de Otoño. Novillada con picadores.


Seis novillos de El Tajo y La Reina, de mortecina y floja embestida, además de ayuno de clase, el bonito abreplaza; con tranco rebrincado el segundo bis –se corrió turno-; a menos el deslucido tercero, al igual que el cuarto; sin clase el sobrero de Ave María que hizo quinto-; aplomado el sexto.

Manolo Vanegas, silencio y ovación.

Pablo Aguado, ovación y ovación.

Rafael Serna, silencio y silencio. 

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