El francés aprovechó a un extraordinario toro de Victoriano del Río, que echó una variada corrida; Joubert desorejó al sexto en su confirmación y Manzanares paseó una oreja

Juan Bautista (Juan I de Francia) tres y un rabo

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Juan Bautista se adueña del Coliseo con tres y un rabo



El francés aprovechó a un extraordinario toro de Victoriano del Río, que echó una variada corrida; Joubert desorejó al sexto en su confirmación y Manzanares paseó una oreja



TEXTO Y FOTOS: EMILIO MÉNDEZ

Llegaba la corrida de Victoriano del Río al coliseo nimeño, y lo hacía en una matinal con Juan Bautista abriendo cartel a José María Manzanares, un ídolo en esta plaza, y el local Thomas Joubert, que venía a confirmar alternativa después de encadenar varios triunfos consecutivos.

Muy bien hecho estaba el toro de la confirmación de Joubert, con el hierro de Toros de Cortes, al que saludó el galo con verónicas, chicuelinas y hasta una revolera para rematar el recibo. Por gaoneras se expresó en el turno de quites y al cielo fue el brindis antes de comenzar la labor con un péndulo en los medios y mucha emoción. Pero desafortunadamente resultó volteado de muy mala manera a las primeras de cambio, quedó conmocionado en el ruedo y fue dirigido a la enfermería, por lo que Juan Bauitista tuvo que hacerse cargo de la muerte del animal. Complicado y orientado por el percance del francés, tuvo que andar con mucho oficio y firmeza Bautista para lidiarlo, recibiendo una ovación al esfuerzo.

Liviano fue el saludo de Manzanares al segundo -corrió turno por el percance de Joubert- hasta la revolera del remate, muy celebrada. Cumplió el toro en el tercio de varas, donde empujó con intención. Tuvo chispa el animal, al que debió imponerse Manzanares en un inicio de doblones que ahormaron la aspereza del de Victoriano y le templaron la actitud. Fue la mano derecha la que manejó Josemari con temple y hasta con profundidad para cuajar una faena muy reunida que llegó al tendido. Un estocadón propició la concesión de la primera oreja del festejo.

Con mucha solvencia y hasta facilidad saludó Juan Bauitsta al bravo tercero, un toro con brío y empuje que cumplió en varas y fue exigente y comlicado, ero agradecido a la técnica y el poder demostrados por el francés. Logró encontrar distancia y altura para cuajarle muletazos muy buenos por el pitón derecho, también en algunos naturales sueltos. Tuvo conjunción y conexión la faena de Juan, que después de una estocada contundente paseó una oreja. por el albero oval.

Al cuarto le faltó fijeza para romper en las telas de Manzanares, las que movió el viento durante toda la faena de forma muy molesta. Muy firme el alicantino, empacado y bello en los trazos, no pudo, sin embargo, darle conjunción a la faena por lo escaso del tranco y de la repetición del de Victoriano. Hubo muletazos limpios, y otros más profundos, pero faltó la ligazón para que aquello rompiese. Mató de una estocada desprendida y tuvo que conformarse con una ovación.

Mucha calidad y mucha clase tuvo el quinto, un gran toro de Victoriano del Río en manos de Juan Bautista, que le firmó un faenón. Bravo fue en el caballo el animal, antes de un ajustado quite por tafalleras de Thomas Joubert. Muy emotiva fue la faena de muleta, una obra de arte acompañada del Concierto de Aranjuez, todo muy despacio, en redondo, con la mano muy baja. Se adornó recogiendo y soltando la muleta al natural y, entre medias, trazó despacio, muy despacio con la mano izquierda. Muy metido siempre el francés, que había firmado el tercio de banderillas él mismo con brillantez y macizó una faena de tremendo calado coronada con una estocada en la suerte de recibir y premiada con las dos orejas y el rabo, además de la vuelta al ruedo al extraordinario toro.

El sexto llevaba el hierro de Toros de Cortés y embistió con celo y con entrega al variado saludo de Thomas Joubert, que abrochó con una media de cartel. Muy bravo fue el toro en una espectacular suerte de varas. Dos veces fue el toro con bravura al caballo de Óscar Bernal, muy ovacionado después de que lo campanease el animal en dos grandes puyazos. Muy emotiva fue una faena de muleta que comenzó con estatuarios, con mucho valor y con tremenda sinceridad en todo lo que hizo. Verdad tuvieron los muletazos por ambos pitones. Una faena siempre a más que culminó con manoletinas muy ceñidas y una estocada recibiendo que le puso en la mano las dos orejas.

FICHA DEL FESTEJO

Coliseo de Nimes, Francia. Feria de la Vendimia, cuarta de abono. Casi tres cuartos de entrada en los tendidos.

Toros de Victoriano del Río y Toros de Cortés, correctos de presencia y en el tipo de la casa. De vuelta al ruedo el extraordinario quinto.

Juan Bautista: oreja y dos orejas y rabo.

José María Manzanares: oreja y ovación.

Thomas Joubert: herido y dos orejas.

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