A por todas salió en el quinto Younes, al que saludó por dos faroles de rodillas para después cuajar capotazos buenos. El novillo se empleó en el caballo aunque mostró que no iba a ser fácil. De rodillas en los medios, dándole una fuerte paliza que todo quedó en un golpe aparatoso. Sin mirarse, prosiguió en los medios para cambiárselo por péndulos en una faena de emoción y entrega por parte del francés. El animal había que llevarlo muy toreado y a veces protestaba. Con manoletinas ajustadas y estocada en buen sitio acabó labor. Oreja.
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