/// Villaseca.- B.Ibán / Tulio Salguero (vuelta, silencio y silencio) A. Fermín (Vuelta y herido) J.de Castilla (Silencio y 2 vueltas)

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Villaseca.- B.Ibán / A. Fermín, J.de Castilla, J.C.Carballo


MARCO A. HIERRO / FOTOGALERÍA: LUIS SÁNCHEZ OLMEDO


Alejandro Fermín, Juan de Castilla y Tulio Salguero hacían el paseíllo en la tercera del Alfarero de Oro de Villaseca de la Sagra. Un encierro de Baltasar Ibán era la materia prima para la ocasión. La tarde comenzó con un sentido homenaje a Víctor Barrio, que fuera triunfador del Alfarero de Oro en el año 2010 y al que se le descubrió una placa por sus familiares y el alcalde de Villaseca, Jesús Hijosa.


Escurrido de carnes pero cornalón y playero salió el primer Ibán, que humilló sin ritmo para que se estirarse Tulio Salguero en el saludo. Por gaoneras se puso Tulio Salguero en el quite para llevarse un volteretón. Volvió a ponerse con gallardía el extremeño, más brillante la segunda vez. Desentendido el animal en la muleta, tuvo Tulio el mérito de aprovecharse la arrancada, dejarle el trapo en el morro y quedarse quieto, mejor o peor colocado, pero quieto. Obedeció a zurdas el bobalicón utrero, sin clase ni entrega, pero con obediencia a la tela. Porfió con firmeza Tulio para manejar las medias arrancadas, rebrincadas en los de pecho por la falta de fuelle. Dejó el final en alto con las bernadinas populares, pero pinchó y el premio quedó en vuelta tras aviso.


Alto, largo y montado salió el segundo, un toraco menos espectacular de cara al que saludó con brillantes delantales Alejandro Fermín, que le sopló dos chicuelinas de rodillas antes del remate. Le cogió pronto Alejandro el aire y el pulso con la mano izquierda, con la que esperó mucho la llegada, trazó con templada seguridad y la dejó muerta con valor para ligar. Por debajo de la pala le sacó el palillo a diestras en un suave y parsimonioso trasteo emborronar en ocasiones por algún desarme. Pero fue la zurda la que brilló en Villaseca, tersa en los cites, larga en los vaciados, apretando porque sólo así se entregaba el de Ibán. Para la galería fueron las manoletinas del final, pero pinchó, matando con la zurda, y ahí se quedó el más que posible premio. Se le salió el hombro, además, mientras doblaba el animal. Ovación tras aviso camino de la enfermería.



Otro novillo serio fue el tercero, que le embistió en línea recta y sin gran viaje a Juan de Castilla en un solvente saludo a la verónica, con alguna muy compuesta. Por gaoneras galleó la colocación al caballo. Fácil y seguro, muy asentado quitó el colombiano por chicuelinas y cordobinas. Bruto el animal en el florido inicio de muleta, y con el recorrido y la voluntad muy a menos. Poderoso,por contra, Juan, que no permitió que le tocase la flámula con la cara suelta que gastaba. Perfecto en la colocación, supo atacar con el trapo en el morro, el toque fuerte y la muleta muy firme, evidenciando su gran oficio. Largo al natural, ganando la cara en cada cite en lugar de ligar, con tremenda seriedad en todo lo que hizo. Muy torero el final por ayudados, pero pinchó en el primer encuentro y la estocada posterior la emborronó el descabello, que lo enfrió todo. Silencio tras aviso.




El cuarto, alto, montado y serio, arrastró la pata derecha con descaro sin que nadie lo protestas en el saludo capotero de Tulio Salguero. Descompuesto el novillo en la muleta, vino mejor que se fue, porque se quedó debajo de la tela y fue pegajoso e incómodo en la porfía de Salguero con la mano diestra. Más fijeza tuvo al natural, por donde terminó deslizándose el animal sin que Tulio terminase de cogerle el pulso. Voluntad y entrega del extremeño, que puso lo que tenía con el exigente utrero. Medía estocada atravesada terminó con silencio.



Con una sonora ovación recibió Villaseca al quinto, un castaño musculado y con cierto genio que le arrancó el capote de las manos a Juan de Castilla a las primeras de cambio. Duro fue el castigo en varas a un utrero que campaneó al penco con poder y facilidad. Clave fue el inicio de muleta, impositor y poderoso. Cuando la cogió con la diestra el colombiano y le exprimió por abajo la transmisión, la plaza explotó en olés. Por abajo, en series de cinco y seis, sin dejarlo respirar y exponiendo mucho para que no se fuera. Porque se quiso rajar el bravucón de Ibán, pero lo mantuvo Juan en la muleta siempre perfecto en la colocación. Pero la estocada delantera y caída con derrame hizo que el palco le negase el pelo al colombiano, que dio dos vueltas al ruedo.



El sexto se desplazó en el capote de Tulio Salguero echando las manos por delante y rebrincado en los embroques, que nunca tuvieron el final largo. Vara larga la que se llevó el castaño en el peto. Y vino mejor que se fue el de Ibán ya en la brega de Alcázares, donde era espectacular el viaje hasta el embroque pero muy sucio de ahí para adelante. Le costó a Tulio cogerle el pulso con la diestra y encontrarle la distancia. Sí lo hizo con la zurda en un par de tandas de mano baja muy estimables. Una estocada entera precedió al silencio tras petición. 





FICHA DEL FESTEJO

Plaza de toros de Villaseca de la Sagra, Toledo. Tercera del Alfarero de Oro. Novillada con picadores. Dos tercios de plaza.

Seis novillos de Baltasar Ibán, sin clase ni entrega el obediente y vulgar primero, exigente pero con fondo el segundo, de seria arrancada sin clase ni recorrido, pero con fijeza el tercero, descompuesto e informal el fijo cuarto,

Tulio Salguero, vuelta tras aviso, silencio y silencio

Alejandro Fermín, ovación y herido

Juan de Castilla, silencio tras aviso y 2 vueltas al ruedo



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