Otoño “hasta el moño”

EDITORIAL PROGRAMA LA DIVISA DEL 5 DE SEPTIEMBRE DE 2016

PEDRO J. CÁCERES

EL AUDIO

Otoño “hasta el moño”

Acostumbrados a fiarlo todo al impacto de San Isidro dónde hay cabida para todos -y todos quieren estar- con la relativa facilidad de haber muchos rotos para similares descosidos no debe ser fácil confeccionar un abono de tan sólo 3 corridas para Otoño en Madrid.

La primera dificultad es el desapego de figuras, emergentes y clase media para pasar por Las Ventas a final de temporada donde el ¿por qué? de tal recelo debería analizarse profundamente antes que el “pasapalabra” y ya vendrá la “isidrada” siguiente.

Tan sólo echar un vistazo a las últimas ediciones donde los cimientos eran lo que se llama “toreros de Madrid” tal que Urdiales, Fandiño, El Cid; los momentos de Abellán y Luque en 2014 como Adame y Fortes en el 2013.

Todos ellos suficientemente amortizados por la llamada “afición venteña” que en muchos casos, en cuanto no ha habido suerte, antes que agradecer servicios prestados están en su ojo del huracán.

Si esto pasa con la “clase media” no es de extrañar –y que cada palo aguante su vela de la cuota parte de responsabilidad- que las figuras obvien su presencia por no tener nada que ganar, sí mucho que perder y visto lo visto nada que les vayan a agradecer. Los ejemplos de tal contrafuero pueden buscarse en gestos de antaño como los de Perera, Castella (incluso Talavante) etc. que ahora mismo- los dos primeros- están en el punto de mira de las caprichosas dianas de la tal llamada afición.

Sin ir más lejos el comportamiento intransigente, antes que exigente, con López Simón este San isidro después de su paso por 4 veces (Otoño incluido) el año pasado.

El resquicio que tiene la Empresa para ofrecer algo atractivo, aunque sólo sea un cartel de los 3 como reclamo, es escrutar entre las figuras y “toreros del año” la fibra sensible de tal o cual espada que -por sus circunstancias puntuales- quiera asumir un reto personal antes que una rentabilidad profesional.

Por ejemplo López Simón el año pasado cuando buscaba su 4º PG en un año e igualar a César Rincón en ese “top”.

Circunstancia que , al parecer ,no ha concurrido este año tras las negociaciones (o toques) -según la empresa- con Ponce y Perera; incluso Talavante y Manzanares. Lo que ha provocado la “zancada –más que salto- cualitativa” de triunfadores recientes para hacer de la Feria de Otoño sus “casus belli” del “aquí estoy yo”.

Ureña (que triunfó, sin PG, en el otoño del año pasado con la de Adolfo, la quiso en S.Isidro y no pudo ser con la promesa de algo grande ahora en septiembre) quería matar en solitario la de Adolfo Martín.

Otro problema es el de los hierros a anunciar cuando los 3 de esta edición tienen el estigma de “torista” o “medio torista”.

Javier Jiménez, al que su reciente gran actuación venteña en agosto le ha puesto en el escaparate tras salir en hombros con 1+1 orejas, no veía encaje en la de Fuente Ymbro y la rechazó. Luego quiso, cambiar dos de Gallardo por dos de Puerto de S. Lorenzo y dos de Adolfo. Es decir doblar en una feria de 3 festejos y ser base del ciclo como el año pasado lo hizo L. Simón… y las comparaciones son odiosas.

Entendiendo las legítimas ambiciones de ambos habrá que convenir que -si Taurodelta hubiera accedido- la feria, ya de por sí cogida con alfileres, se hubiera reducido a tan sólo estos 2 toreros más las orejas del verano de Eugenio de Mora y Román más J. del Álamo para abrir feria y poco más.

Item más no se podría haber conjugado los 6 toros de Ureña en la de Adolfo con la oferta de ésta y El Puerto que hizo el apoderado de Jiménez.

Incluso se hubiera abortado la presencia de quien es la mayor novedad en este abono como es Garrido si no se le concede el mano a mano con Curro Díaz quien también salió en hombros el Domingo de Ramos y fue ausencia en San Isidro además de los triunfos continuados en toras plazas en este 2016.

Así las cosas Martínez Uranga también tiene sus razones.

Cierto que el primer vistazo a la feria definitiva empaña las lentillas y que el bocinazo suena desafinado.

Entre otras cosas porque con los mismos mimbres y un poquito, muy poquito, más el cesto no tendría envoltorio para regalo pero al menos un lacito con pegatina de gran almacén de prestigio.

Sin querer inmiscuirme en nada ni jugar a empresario, como aficionado y “notario de la actualidad” Curro Díaz y Morenito juntos nos harían recordar la inolvidable tarde de juan Mora con ambos.

Un duelo de jóvenes (en boca de todos) con Garrido y Jiménez en un mismo cartel, solos o en compañía de otro, hubiera tenido argumento sólido.

Lo mismo que ver juntos al “comando pimentón” –con cariño y admiración- (Rafaelillo y Ureña) con un hierro que les va como anillo al dedo, lo mismo que a El Cid, “resucitado” con un toro de Adolfo en Santander. Rivalidad, competencia -torera y regional- en la 1ª plaza del mundo como señuelo de venta.

Y por supuesto encajar a los triunfadores, en menor tono que una PG, del verano que para eso existe. Como me hubiera satisfecho escuchar -barajar, al menos- el nombre de Joselito Adame por razones obvias.

La cuestión está en que sin haber consolidado una posición de figura, estable, se quiera matar éste toro y se le haga ascos a éste otro.

O peor: que de primeras, o en compensación, en vez de dos en dos, se quieran matar toros de tres en tres; de cuatro en cuatro, o de seis en seis.

El dicho de “pronto y en la mano” está bien pero debe conjugarse con no menor axioma que “el toreo es despacio” y que “las prisas para los delincuentes”.

Y además, luego pasa lo que pasa. Y a las pruebas y hechos recientes me remito.

Veremos que dice el abonado que “entre todos la mataron y ella sola se murió” y está de estas ferias de Otoño ¡hasta el moño!

¡Ea!