Un ataque de ansiedad sufrió López Simón antes de recibir al tercero de la tarde, un toro al que no se acopló de salida entre signos evidentes de estar pasando un auténtico calvario psicológico. Se tuvo incluso que sentar en el tercio de banderillas. Pareció reponerse para coger la muleta ante un animal que se comenzó a quedar corto y, bajo de fortaleza y mente, no logró sonsacar las virtudes del animal en terrenos del tercio. Mató de forma digna y acudió a la enfermería.
Escribe tu comentario