No logró acoplarse López Simón a la verónica al primero de Torrestrella, al que se le dio en varas para que intentara un quite a la verónica José Garrido con más voluntad que lucidez por el tranco incierto de un animal que no humillaba. Por bajo le inició faena López Simón a un animal que se empezó a quedar corto ya de salida. Fue entendiendo bien por la mano derecha a un animal que se seguía quedando corto en el viaje y no se tomaba bien los muletazos por arriba, por lo que supo darle la medida y el recorrido exactos Alberto para ir consiguiendo conectar a diestras. Por ese lado prosiguió su faena hasta que comenzó a metérsele por debajo de la axila el toro. Porfió en los finales ya con el toro inquieto y, espada en mano, dejó una estocada horrenda.
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