La escasa entidad de los ejemplares de Zalduendo se suplió con su movilidad juvenil un Morante dispuesto, Talavante con magia y la firmeza de L:Simón

"Día del club". Todos a hombros en tarde de "savoire faire" en Cuenca

Arrancaba la cuarta de abono con un cartel de campanillas formado por el sevillano Morante de la Puebla (en su único paseíllo en Castilla-La Mancha) y el extremeño Alejandro Talavante, junto al joven y emergente torero de Barajas, Alberto López Simón.
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JAVIER FERNÁNDEZ CABALLERO


Arrancaba la cuarta de abono con un cartel de campanillas formado por el sevillano Morante de la Puebla (en su único paseíllo en Castilla-La Mancha) y el extremeño Alejandro Talavante, junto al joven y emergente torero de Barajas, Alberto López Simón.


"Transparente" llevaba por nombre el primero de Zalduendo, de 479 kilos. Por chicuelinas lo toreó José Antonio de salida a un animal que luego quitó a la verónica. Mantuvo la nobleza durante toda la lidia y le aguantó a Morante el torerísimo inicio de trasteo por ayudados. Dos tandas por la diestra de supremo temple sellaron su particular concepto en el tendido, gustándose también muy despacito al natural en una serie al ralentí. Pronto fue a por la espada, terminando por toreros molinetes para enterrar en buen sitio el acero. Oreja.


Con verónicas aisladas pero llenas de pulcritud recibió Talavante a otro segundo de baja presencia, al que quitó por soberbias gaoneras pasándose al animal a milímetros de la taleguilla. Al público fue el brindis para comenzar por estatuarios su faena, llenando de bellísimos detalles el final de esa tanda. Por ambas manos le puso sabor el torero extremeño, gustándose muchísimo por la diestra en tandas de gran calado y también hincando el mentón y llevando largo y humillado al natural al de Zalduendo. Por espantosas manoletinas remató labor, metiendo la espada a la primera y siendo premiado con una oreja.


No se acopló López Simón a la verónica en el tercero, un toro de menos presencia que los dos anteriores al que intentó cuidar la cuadrilla en los primeros tercios. Se sacó el toro a los medios para instrumentar ahí un trasteo marca de la casa, toreando a gusto por el derecho en tres tandas y, cuando se acabó el animal, llevarlo por circulares embebido en sus telas. En corto conectó con el respetable, pinchando en el primer encuentro de la suerte suprema y enterrando el acero a la segunda. Oreja.


En la puerta de toriles se picó al cuarto, que no dejó a Morante lucirse con el capote. Le faltó la fierza al animal y fue protestado por el público, aseándose la cuadrilla en el tercio de banderillas. Estuvo inspirado el torero de La Puebla para, a pesar de la merma de facultades del animal, irse a terrenos de sol y sacar voluntad en tandas de gran calado. Por el derecho se los sacó de uno en uno ante el fuelle a menos del de Zalduendo. También al natural debió porfiar Morante, quitándose las zapatillas y mostrando voluntad ante la respuesta del tendido. Tras la estocada de la que tardó en caer, el cigarrero cortó otra oreja.


Sobrepasaba por un kilo los 500 el quinto, al que Talavante recibió por tijerillas doblándose de inicio. Momento para saborear de verdad en las plazas el que atraviesa Talavante: de rodillas inició faena Alejandro, pasándose cerquísima los pitones del toro, al que llevó toreado en la siguiente tanda al natural en un trazo de otro mundo. Clave fue darle tiempo al de Zalduendo para cuajarlo hasta que dijo basta, y fue ese el momento de echarse de nuevo de hinojos para torearlo a placer en esa postura. A más fue la conexión en el epílogo para matar de estocada efectiva y cortar dos orejas.


No se lució López Simón en el recibo de capote al sexto, que derribó de forma emocionante al picador y, hasta que se retomó el orden de la lidia, sembró por momentos el miedo entre los de plata. Supo aprovechar Simón el buen tranco del toro, por ambas manos pasándoselo cerquísima para, ya por circulares, gustarse en ese su particular concepto. En un momento en el que echó el de Zalduendo la cars arriba prendió a Alberto en una dramática voltereta de la que se repuso doliéndose de la espalda. Tras el arrebato en los muletazos finales y la estocada, paseó la oreja.


FICHA DEL FESTEJO


Plaza de toros de Cuenca. Cuarta de la Feria de San Julián. Corrida de toros.

Seis toros deZalduendo. Con nobleza el primero, noblón y con fijeza también el segundo, a menos siempre el chico tercero, flojo y de un viaje siempre a menos y más corto el cuarto, también chico pero noblón el quinto y bravucón a menos el sexto.


Morante de la Puebla (Tórtola y oro): Oreja y oreja

Alejandro Talavante (Nazareno y oro): Oreja y dos orejas

López Simón (Tabaco y plata): Oreja y oreja

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