Ponce y Cayetano cortan oreja a la de Victoriano del Río en Málaga

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PABLO LÓPEZ RIOBO / FOTOGALERÍA: FIT


Hoy en la Malagueta se tributaba un homenaje a un torero de toreros, hoy tres espadslas de sobrados y contrastados méritos estaban anunciados en esta coqueta plaza. Cayetano se sintió torero desde que trenzó el paseíllo, desde que se abrió de capa ya se notaba en el ambiente que venía especialmente motivado. Soltó muñecas, citó siempre dando el pecho, quiso recordar a su abuelo con dos faenas ordoñistas, todo con un aroma a Ronda, ese de los toreros machos, ese que ha mamado desde que llegó al mundo. Ponce volvió a dar otra cátedra de toreo magistral al cuarto, al que crujió en series de toreo acompasado, con una especial torería, esa que imprimía a todo lo que hacía Ordóñez, ese que fue espejo para toda una generación. Manzanares hoy se fue de Málaga con un gran sinsabor, no pudo soltar muñecas y romperse, hoy no salió por chiqueros ese Dalia que a buen seguro le hubiera ayudado a homenajear a un torero del que bebió su padre, ese concepto que Manzanares lleva a gala, ese que paladearon tantas veces en la malagueta.


Saludo pausado y cadencioso el realizado por Ponce al primero de la tarde, un animal con suavidad pero justito de fuerzas al que el torero de Chiva lanceó por verónicas, la media de remate tuvo sabor. Mimó ya de inicio Ponce las nobles embestidas de un animal muy justo de fuerzas, le puso templanza el de Chiva en muletazos a media altura para no quebrantar al animal. Le costaba un mundo emplearse al toro, aun así el valenciano supo sacarle muletazos estimables aunque fueran a cuenta gotas. Se metió entre los pitones en una última serie en la que se dejó llegar los pitones al corbatín, el pase de pecho en dos tiempos duró media hora. Mató de una estocada casi entera y fue ovacionado.


Salió sueltecito el segundo de la tarde, un toro al que el alicantino saludó por verónicas antes de rematar con una media como broche. Tras un descuido el animal prendió a Suso, teniendo que pasar este a la enferemería. Apretó el animal en banderillas, embistiendo a media altura a los capotes. Acertó Manzanares en someterlo en una primera serie por doblones, para luego exigirle desde el primer momento. Muletazos largos y templados los recetados por el alicantino ante un animal nada fácil. Muy centrado el toreo en una faena medida y templada. Tenía vibración en sus embestidas el de Victoriano del Río pese a que ya desde salida cantó su condición de mansito. Toro con teclas y exigencia al que Manzanares supo sacar lo que tenía dentro. Tras pasaportarlo de una estocada se le pidió la oreja, la cual no fue concedida por la presidenta, por lo que fue ovacionado.


Salió por chiqueros en tercer lugar un precioso animal, bajo y armónico al que Cayetano meció a la verónica en el tercio, lances con el compás abierto, rematados con una media. Brindó Cayetano a Fermín y Carlos Bohórquez su faena al primero, la cual inició de forma torerísima por alto para luego recetar muletazos bellos y despaciosos. Templó a derechas Cayetano en una serie medida y al ralentí ante un toro con calidad. Citó de largo, se llevó al toro detrás de la cadera, en muletazos de bella factura. Muy centrado el torero en una faena bella y de mucha calidad, con muletazos con la firma Ordóñez. Los remates tuvieron pinturería y una enorme expresión, trincherazos de cartel, molinetes y kikirikís bellísimos, los pases de pecho tuvieron mucha personalidad. El de Victoriano del Río fue un toro con virtudes, entre ellas la clase y la transmisión. Tras una gran estocada la plaza de forma unánime pidió el doble trofeo que no fue atendido por la señora presidenta. Oreja y gran bronca al palco.


Espoleado por la gran faena de Cayetano al tercero salió Ponce a recibir al cuarto, un toro con buen aire en el percal, al que el torero de chiva lanceó primero por verónicas y más tarde por chicuelinas. Quitó Ponce por delantales, meció la capa sin violencia, con tacto y guantes de seda. Llegó con virtudes el animal a la muleta de Ponce, el cual comenzó la faena sin exigirle, para poco a poco ir bajandole paulatinamente la mano en dos primeras series limpias y templadas. Sapiencia del valenciano, el cual le daba al toro lo que pedía en cada instante, para así acrecentar su voluntad de embestir. Temple a zurdas en dos tandas en la que el animal la tomó con buen aire, lo que aprovechó Ponce para dejar muletazos de cartel. Los cambios de mano y los de pecho duraron una eternidad. Le dio tiempo al toro entre tanda y tanda, por el derecho llevó largo a un animal con nobleza y clase en tandas de gran sapiencia y mesura. Acabó su labor con sus clásicas 'Poncinas' en las que se enroscó el animal a la cintura en una labor de Maestro. Faena de quilates la realizada por un Enrique Ponce que volvía a Málaga, plaza que tantas veces le vio triunfar y que hoy volvió a verle bordar el toreo. Tras una media estocada en buen sitio y un descabello se le concedió una oreja como premió a su labor.


No se dejó torear de capote el fino y acodado quinto de Victoriano del Río. Tiró de disposición el alicantino ante un animal escaso de raza, que solo tuvo motor en la tanda inicial por el derecho. Porfió Manzanares en una faena en la que la descastada embestida del animal no dejó plasmar faena. Se agarró al piso este quinto, que conforme avanzó la faena se puso incómodo y gazapón. Tras una estocada que dejó al animal sin puntilla fue ovacionado.


Volvió a imprimir gusto y templanza Cayetano de salida al sexto de la tarde, un animal que se fue a los vuelos del capote en un bonito y personal recibo a la verónica, rematando el saludo con una suave revolera. Se lo llevó galleando por chicuelinas al caballo, todo mucho con garbo y soltura. Quiso dejar Ponce un quite en el toro de Cayetano, lo hizo por chicuelinas ante un toro que salía sueltecito de los lances, la larga con la que cerró su actuación tuvo el sello de la despaciosidad. Replicó Cayetano en un bonito quite por gaoneras de gran expresión, iniciado por una larga a una mano para colocarse el capote a la espalda. Tras un gran tercio de banderillas acabó saludando en banderillas Alberto Zayas. Inició su faena rodilla en tierra al más puro estilo Ordóñez, en muletazos largos y hasta el final, dejó un molinete y un pase de pecho de gran ajuste. Con la diestra brotaron derechazos limpios y muy despaciosos, torería a raudales de un 


Cayetano muy inspirado. El de Victoriano tenía calidad en las telas lo que aprovechó el torero para dejar dos tandas ligadas y con sello propio. El toro se iba a los vuelos por el izquierdo, los naturales brotaron profundos, muleta arrastrada, siempre dando el pecho y tirando del toro en muletazos semicirculares bellísimos. El toro cantó la gallina y se fue a tablas, pero eso no desesperó al torero que fue a por el toro hasta sacarle una última serie enrazada al hilo de las tablas. Pasaportó al animal de dos estocadas casi enteras y una buena estocada. El público le tributó una gran ovación como premio a su labor. Una pena que los aceros se llevaran el triunfo de un Cayetano que hoy pisó la malagueta con el triunfo entre ceja y ceja.



FICHA DEL FESTEJO


Plaza de toros de Málaga. Más de tres cuartos de plaza.

Toros de Victoriano de Río, correctos de presentación. Blando y justo de raza el altito primero, con genio el justo de raza segundo, boyante y enclasado el buen tercero, noble y manejable el cuarto, agarrado al piso el manso quinto, con nobleza y clase en las telas el mansito sexto.

Enrique Ponce (Sangre de toro y oro): Ovación y oreja tras aviso

José María Manzanares (Grana y oro): Ovación en ambos

Cayetano (Azul turquesa y oro): Oreja tras fuerte petición de la segunda y ovación


INCIDENCIAS

Se desmonteró Alberto Zayas tras parear al sexto

El subalterno Jesús Miguel González "Suso” resultó corneado esta tarde en La Malagueta por el segundo toro de Victoriano del Río. Fue mientras lidiaba al animal para llevarlo al burladero. El parte médico emitido por el cirujano Horacio Oliva Muñoz narra: "Herida por asta de toro en tercio superior de cara posterior externa del muslo izquierdo. Herida inciso contusa de 7 centímetros con pérdida de sustancia que afecta a piel y tejido celular subcutáneo con trayecto ascendente de unos 15 centímetros que diseca masa muscular de bíceps femoral contundiendo el mismo. Pronóstico grave”.

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