Ginés Marín, golpazo y tres orejas en Santander; una paseó el gran momento de Talavante

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JAVIER FERNÁNDEZ-CABALLERO


El día de Santiago hacían el paseíllo en el coso de Cuatro Caminos para José Antonio "Morante de la Puebla”, Alejandro Talavante y Ginés Marín a las seis y media en punto de la tarde. En el cartel, se anunciaba el hierro de Núñez del Cuvillo.


El número 162, de nombre "Ganador”, de pinta colorada y con 505 kilos era el primero de la tarde. Muy agradable de cara era el toro de Cuvillo, al que Morante le meció el capote con mucho gusto a la verónica, muy despacio, pero sin continuidad en los lances. No se cebó en el peto de Aurelio Cruz, siendo efectivos Lili y Sánchez Araujo en sus pares de banderillas. No tuvo fe Morante en la condición de un soso animal, con el que ni siquiera porfió, abreviando labor ante el animal. De estocada lo mató.


El número 92 lucía el también colorado segundo, nacido en octubre de 2011, bonito, que no llegaba a los 500 kilos, más corto de cuello que su hermano anterior. Clavó el pitón izquierdo en la arena en el recibo capotero de Talavante y fue devuelto por invalidarse. Con 473 kilos salió el sobrero, del mismo hierro, y que salió cruzado en el capote de Talavante. 


Embestida descompuesta mostró el animal tras el encuentro con el caballo y en el quite de Alejandro Talavante por gaoneras, cantadas rápidamente por el tendido. A pesar del arrojo en el inicio de faena, se le coló en las tres primeras tandas hasta en cuatro ocasiones. A pesar de ello, prosiguió en su empeño pro sonsacarle muletazos de mérito Talavante sin demasiado brillo final ante la falta de clase del animal. Marcó su terreno el de Cuvillo e intentó Alejandro sobrepasarlo, pero se tornaba en violenta su condición cuando el animal llegaba al embroque. Echaba la mano por delante en ese momento el toro, complicando la acción del torero, que porfió en todo momento a zurdas. Mató de un estoconazo marcando muy bien los tiempos, haciendo la suerte muy despacio.


Alegre fue el recibo de Ginés Marín al tercero, con el que se echó de rodillas para dejarle tres verónicas de valor, erguirse en las siguientes y dejar dos chicuelinas y una media que conectaron rápidamente con el tendido. Cuidó en el caballo al animal, colocándose el capote en la espalda en el quite y dejar cuatro lances por ese palo de espanto. Brindó a unos amigos personales y se echó también de rodillas para iniciarle faena, derrochando valor de hinojos y dejando una arrucina de espanto que puso las antenas a la afición santanderina. Se arrimó como un perro Marín al animal de Cuvillo, que le hincó incluso el pitón en la taleguilla en un momento de espanto. Al natural dejó momentos importantísimos el extremeño, finalizando por manoletinas su labor. Espada en mano, pinchó en el primer encuentro para, a la segunda, dejar un estoconazo que tumbó al animal.


De nombre "Correviento" era el colorado cuarto, segundo del lote de Morante, de 493 kg de peso. A la antigua usanza recibió José Antonio al animal, al que picó Cristóbal Cruz "Aurelín” para que posteriormente se luciese Morante en el quite por chicuelinas. Mucho sabor y torería imprimió Morante en el inicio muleteril, a pies juntos y por estatuarios, abriendo el compás en los siguientes muletazos. Le faltaba poder al animal cuando le intentó ligar en redondo José Antonio, viniéndose a menos el toro. Lo mató digno, acertando en el primer golpe de verduguillo.


En la línea de sus hermanos anteriores era el quinto, un toro con el que Talavante porfió de capote, lo cuidó en el caballo y efectiva anduvo su cuadrilla en banderillas. Hizo cosas positivas tanto en el capote de Talavante como en el lidiador de Juan José Trujillo. Muleta en mano, el torero pacense se lo cambió por la espalda en el inicio, prosiguió por estatuarios y se puso a torear directamente al natural. Buenos fueron los derechazos de Talavante en la siguiente serie, importante, en la que destacó una tremenda arrucina. Entregado, roto, aguantando los parones se mostró el torero extremeño frente a la condición del de Cuvillo. Entregado totalmente, soltó incluso los trastos en un desplante en el epílogo muleteril en el que le aguantó los feos parones al animal. Mató de estocada para cortar oreja.


Negro mulato era el sexto de la tarde, un toro de nombre "Aguaclaro”, marcado con el número 110 y luciendo 559 kilos, nacido en diciembre de 2011. Por chicuelinas quitó Marín, dejando una media de buen gusto. Apenas duró el tercio de varas en manos de Agustín Navarro. Jesús Díez "Fini” lidió al animal, brindando Marín al respetable para dar un golpe de efecto en su buen toreo por el lado derecho en el inicio muleteril. Gran desparpajo mostró el extremeño, que le buscó las vueltas al animal, irregular y suelto por momentos. Se volcó el público de los tendidos de sol con la labor de Marín, que toreó de verdad al animal en el epílogo. Una buena estocada puso fin a su labor, para cortar la oreja que le abría la puerta grande.


FICHA DEL FESTEJO


Plaza de toros de Cuatro Caminos, Santander. Segunda de la Feria de Santiago. Corrida de toros. Más de tres cuartos de entrada.

Seis toros de Núñez del Cuvillo, el segundo como sobrero,

José Antonio "Morante de la Puebla”, leves pitos y silencio.

Alejandro Talavante, ovación y oreja.

Ginés Marín, oreja y dos orejas. 

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