Roca, Rey

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JAVIER FERNÁNDEZ-CABALLERO / FOTOGALERÍA: EMILIO MÉNDEZ


Una corrida de toros de Núñez del Cuvillo hacía acto de presencia esta tarde en la penúltima de la Feria del Toro de Pamplona. Sebastián Castella, Miguel Ángel Perera y Andrés Roca Rey hacían el paseíllo.


"Ilustrado”, número 15, era el primero de la tarde, un astado de pinta colorada, nacido en diciembre de 2010, cinqueño como toda la corrida, de 595 kilos de peso para Sebastián Castella. Muy rematado, con cara, armónico. José Manuel Moreno "Josele” fue el encargado de picar al toro, que fue pronto también en el quite de Sebastián Castella. Fue pronto en el capote de José Chacón y los pares de Isaac Mesa y Vicente Herrera. Se arrancó con galope a la muleta de Sebastián en el inicio por estatuarios, un toro con el que las distancias eran fundamentales y se las dio perfectamente Castella. Ligó en redondo en los mismos medios Sebastián a pesar de los cabezazos del toro. Se dejó el animal, que prosiguió con esa prontitud a lo largo del trasteo de Sebastián. Hasta el ecuador muleteril, aguantó el toro, luego comenzó a ser mirón por el izquierdo y se le complicó el trasteo a Sebastián. Con la espada, el de Béziers dejó una estocada casi entera desprendida.



"Asustado” llevaba el segundo por nombre, número 205, negro mulato listón, nacido en diciembre de 2011, con un peso de 535 kilos para Miguel Ángel Perera. Toro que intentó cuidar en varas el torero extremeño, y que posteriormente en la lidia de Curro Javier se mostró informal. No le sentó bien el primer par de banderillas, teniendo otra velocidad distinta el animal. Brindó al cielo de Víctor Barrio Miguel Ángel Perera el astado, al que no le pegó tirones de inicio e intentó medir su buen aire. Tres buenas series templando al animal por el pitón derecho tuvieron gusto y calado en el tendido, antes de que sonara la música. Humillaba, la quería coger con ritmo y Perera le impuso su ley en cuanto a la velocidad se refiere para someterlo. Prosiguió por la mano derecha de forma inteligente, roto, asentado en la misma cara del toro, llevando la muleta a dos dedos del hocico, atemperando y llevando larga la embestida, imponiéndole el ritmo. Espeluznante fue la voltereta que el toro le propinó en el inicio de la cuarta serie, al intentar pegarle un molinete como prólogo de la tanda y cayendo de forma feísima el torero. Afortunadamente, no tuvo consecuencias aparentes el palizón que le dio el toro. Se puso a torear inmediatamente por la mano derecha de forma soberbia. Pinchó en el primer encuentro, metió luego la espada.


De nombre "Bonito” era el castaño tercero, número 8, nacido en diciembre de 2010, de menos peso de la corrida: 510 kilos. Se echó el capote a la espalda Roca Rey para recibir al animal, al que dejó no sólo tres gaoneras sino dos saltilleras que levantaron literalmente el tendido. Manuel Molina fue el encargado de picar al animal, guardando la puerta Sergio Molina. Feo y seco fue el volteretón que se llevó el torero ante un toro sin fijeza que venía sin decir nada en su tranco, arrollando. Se levantó pronto y prosiguió con el quite. En el intento de quite por tafalleras ocurrió todo, arrollándolo de forma brutal. Reunidos pero traseros fueron los pares de banderillas. Tras el brindis al público, comenzó su labor Roca Rey por estatuarios en el tercio. De nuevo le soltó la cara, derrotándolo en un momento de angustia en el ecuador muleteril. Le pudo a base de tesón y entrega por la izquierda a pesar de los ataques brutos del de Cuvillo. A toda la plaza en pie puso tras los cambiados, geniales, que llegaron arriba fácilmente por su tremendo valor. Por estatutarios también decidió epilogar faena, enlazados con manoletinas, echándose de rocillas en la arena y toreando de verdad de hinojos. Con la espada, el peruano dejó un estoconazo del que el toro cayó pronto, levantándolo el puntillero. Dos orejas.


"Jaranero” llevaba por nombre el cuarto, número 78, toro negro nacido en noviembre de 2010, cinqueño con el guarismo del 1, pesando 550 kilos, segundo del lote de Sebastián Castella. Lo cuidó en el tercio de varas y con decisión se fue a brindar el animal al público. Se lo cambió por la espalda en el inicio muleteril, en ajustados péndulos. Humilló, colocó bien la cara el animal, le bajó la mano el francés y respondió el toro. Se lo pasó cerca, quedándose en un sitio difícil y respondiendo el de Cuvillo hasta el final. Cuando tomó la mano izquierda, llegó el viento que molestó por momentos al torero. Acortó el recorrido el animal, manteniéndose hierático en el toreo valeroso de final de tanda. Mató de media efectiva. Oreja.


El quinto, segundo del lote de Miguel Ángel Perera, llevaba por nombre "Novelero”, negro mulato nacido en marzo de 2011, número 132, de 620 kilos de peso. Al relance entró al caballo en la mismísima yema de Ignacio Rodríguez, que dejó un gran puyazo, encelándose en la segunda vara pero con el palo levantado. Lo lidió Curro Javier, colocando pares Javier Ambel y Guillermo Barbero. Al público brindó Miguel Ángel Perera ante un animal con una embestida más sosa, sin alegría, que fue a menos en su tranco. Iba y venía sin clase ni humillación franca. Una gran serie al natural dejó el torero de Puebla del Prior, encajado, toreando más en corto cuando fue a menos el tranco del animal. El pinchazo previo enfrió el ambiente.


"Jugador” llevaba por nombre el sexto, herrado con el número 136, cinqueño, con 576 kilos de peso para Roca Rey. Muy astifino, cuesta arriba, ofensivo por delante y enseñando las puntas era el toro. Tras el recibo de Roca Rey, entró al caballo de Sergio Molina, durmiéndose en el peto. Le pasó la cara a los hombres de plata toro que no humilló en el capote de Juan José Domínguez. Brutote fue en el inicio de la faena, a pesar de la pulcritud con que planteaba Roca Rey, fue descompuesta la embestida del toro. Molesto para andar con él. A pesar de lo deslucido del toro, lo intentó en todo momento Roca Rey a pesar de los derrotes. Imposible el animal.

FICHA DEL FESTEJO

Plaza de toros de Pamplona. Penúltima de la Feria del Toro. Corrida de toros.

Seis toros de Núñez del Cuvillo.

Sebastián Castella, silencio y oreja.

Miguel Ángel Perera, ovación y ovación.

Andrés Roca Rey, dos orejas y silencio.

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