El rey gobierna sin más restricciones que su propia voluntad, la cual por lo tanto tiene el valor de una norma jurídica : “al enemigo ni agua”

Absolutismo a caballo

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EN CORTO Y POR DERECHO (PJC)


Absolutismo a caballo



Lo de Pablo Hermoso de Mendoza hace muchos años que dejó de ser normal. Casi desde el 1’ en que empezó a cambiar el vasallaje al que sometía “el sistema” al rejoneo por darle carta de naturaleza propia en edad, dignidad y gobierno.


El toreo a caballo pasó de ser puro entretenimiento en sesión doble de los jueves en los cines antiguos (chachas y militares) a ser festejo con identidad propia y entidad de acontecimiento cuya rentabilidad salvaba muchos abonos.

Lo de ayer en Pamplona no sorprende a nadie como revelación, obvio, pero las figuras de época tienen la capacidad de no tener techo pese al paso de los años; magistral.


Buena, cierto, fue la corrida de Capea con algún garbanzo negro, tal que el 2º, al que el “convidado” Leonardo Hernández desplegó toda su artillería torera propia y su plantilla equina para ser en su día alternativa al trono más que el valido válido de turno una vez defenestrado Sergio Galán en cuanto un año tras 7 u 8 PG no la traspasó.. Extraordinario Leonardo y punto en boca.


La actuación de Armendáriz rezumó dignidad y compromiso propio de quien asume es consecuencia del “cupo” propio de esa antigualla que llaman “foralidad”.


Medievalismo feudal que impiden “justas” más justas. El absolutismo del rey del toreo a caballo, el arte del rejoneo.

El rey gobierna sin más restricciones que su propia voluntad, la cual por lo tanto tiene el valor de una norma jurídica : “al enemigo ni agua”.


Cosas de monarquías que más tarde o temprano el pueblo se rebela y las releva.

Históricamente la absolutista dio paso a la democrática.


Años luz y dos destellos

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