L.Simón salió en hombros tras cortar 2 orejas del 3º. Padilla y Castella obtuvieron oreja de los primeros de sus lotes.

López Simón cae de pie en su debut de Algeciras

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EMILIO TRIGO / CULTORO.COM


Un encierro de La Palmosilla era el que traía como materia prima la segunda de la Feria Real de Algeciras este miércoles en el rincón gaditano. Hacían el paseíllo a las siete y media en punto de la tarde Juan José Padilla, Sebastián Castella y Alberto López Simón.


Salió el primero de la tarde al que Juan José recibió muy gustoso con el capote. Imprimió una verónica con cadencia y gusto. El animal solo recibió una vara porque aunque presentó movilidad se encontraba en el punto medio de querer rajarse. Le siguió un quite por chicuelinas bien ejecutadas. Realizó un tercio de banderillas muy variado y con una gran ejecución. Con la muleta mostró nobleza y fijeza. Comenzó Padilla de rodillas muy entregado llevando al astado muy largo y dándole el pecho por el pitón derecho, conectó con el público enseguida. La faena tuvo puntos notables donde se expresó al natural llevándolos con cadencias pero sin apretar al toro porque parecía que se podía rajar. Los dos primeros muletazos de cada tanda los tomaba con prontitud pero en el tercero se paraba justo debajo de la taleguilla por lo que tuvo que acortar distancia. Con una estocada arriba cortó una oreja.


Sebastián Castella se enfrentó a un toro con más cuajo que el anterior al que toreó muy a gusto desde que se abrió con el capote. Lanceó con prestancia al segundo de la tarde y también se mostró cadenciosos en el quite por tafalleras. En la muletael toro soltaba la cara al protestar ante tanta exigencia. Un astado que miraba entre muletazos pero que resultó obediente al cite y al toque, noblón aunque a veces iba en línea. Castella con su particular tauromaquia fue tocando las teclas del manejable animal al que muleteó con mando y estética. Bien Sebastián que impuso su criterio y cortó una oreja.


Faenón de López Simón al buen toro de La Palmosilla. El tercero de la tarde tuvo mucha calidad, toro bravo y muy fijo en la muleta que se la quiso comer por abajo en todo momento. Antes, Simón le enjaretó un saludo con compostura a la verónica. Alberto lo dejó crudito en varas y el astado lo agradeció. Cierto que lo llevaba por dentro pero supo dosificarlo correctamente en el peto y en los tiempos de la muleta. Una labor que comenzó explosiva a pies juntos y que fue incrementando en intensidad.Alberto cuajó series larguísimas por recorrido, por cantidad y calidad en el trazo. Una muleta alejada de técnica y maciza en poder, acompañada de estética y verticalidad pasmosa. El madrileño no dejaba escupir al toro cuando ya lo tenía otra vez embebido en la franela. Así fueron los pasajes por ambas manos desde el inicio al final. Estocada arriba y dos orejas de ley ante un toro que debió ser premiado con la vuelta al ruedo.


'El Ciclón de Jerez' recibió al cuarto con sendas largas cambiadas en el tercio y posterior ramillete de verónicas con sabor a delantales. Pomposo saludo que gustó a todos los presentes. Padilla que mereció la oreja que negó el palco sin justificación se vació ante su segundo oponente. Precioso y ajustado tercio de banderillas del jerezano. Toreo ligado y buscando imprimir estética a su figura, algo que expresó en todo momento. Juan José sacó tantas con la diestra exigentes, bajando la mano y sometiendo con mando al manejable que le tocó en suerte. Al natural, mismos pilares, hondura y trazo largo. En las postrimerías el toro acortó el viaje y Padilla inmóvil aguantó más de un parón. Su esfuerzo y entrega merecieron el apéndice que solicitó insistentemente el respetable. Vuelta al ruedo.


Castella comenzó ante el quinto con un larguísimo inicio de muleta. Lo pasó por ambos pitones con verticalidad y mando, apretando mucho al temperamental astado. Sebastián se las vio ante un toro de embestida irregular y desclasada que planteó sin querer muchas dificultades. El francés, firme y capaz como Napoleón, le impuso su ley sin alaracas y el alma que le faltaba a su sosote oponente. Esfuerzo sin recompensa artística pero con el reconocimiento del aficionado algecireño. Ovación y saludos.


Bonito saludo de Simón a la verónica con el que ganó terreno y acompasó el viaje del sexto. Una vara que cumplimentó el tercio y a otra cosa. Alberto comenzó con buen criterio su faena por arriba sin apretar al mansurrón que cerró plaza. Desde el principio, sin probaturas se puso en el sitio engarzando una tanda larga, apostando pronto para sacar lo que el toro llevaba dentro.Su astado nada más soportar la primera exigente, cantó la gallina y se rajó. A partir de ahí, la disposición de Simón prevaleció sobre la falta de casta de su segundo. Alguno estimable por el derecho pero sobre todo la capacidad para sacar partido de tan poco material. Lo mató recibiendo y otra vez el palco pecó de cicatero. Petición y palmas.


FICHA DEL FESTEJO


Plaza de toros de Las Palomas. Segunda de la Feria Real. Corrida de toros.


Seis toros de La Palmosilla.


Juan José Padilla, oreja y vuelta al ruedo.

Sebastián Castella, oreja y ovación.

Alberto López Simón, dos orejas y petición y palmas. 

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