EL TESTIMONIO DE PEDRO RUIZ
El recuerdo que me trae la fiesta de los toros es el de mi padre y mi madre llevándome a la Monumental de Barcelona a ver las primeras epopeyas de Chamaco, Arruza, y otros toreros de la época.
Mi padre siguió toda la carrera de Manolete porque uno de sus jefes era un apasionado de él y mi padre era chófer privado. Yo veo la parte bella, que me gusta, la dura, que no me gusta. Yo no establecería ninguna prohibición y acudo con frecuencia a los festejos”
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