Más cerrado de pitones, más entipado que sus tres hermanos anteriores y fino de cabos era el Miura tercero. En el caballo no humilló del todo pero no hizo cosas feas, dejándose pegar en el peto de Valdeolivas. Lo dejaron abierto y acudió con presteza al caballo en la segunda vara, midiendo el picador el castigo. Brindó Pérez Mota al Rey agradeciéndole su presencia y, en la primera tanda, mostró falta de entrega el de Miura. Lo supo esperar el torero gaditano pero no rompió el astado, matando con habilidad y descabellando poco después.
Escribe tu comentario