Tarde a caballo para el recuerdo en Madrid, en la que Leonardo cortó oreja y oreja y Léa Vicens supo reponerse frente al manso sexto para pasearle un despojo; otro perdió Hermoso pinchando al segundo

"León" por ocho veces

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JAVIER FERNÁNDEZ-CABALLERO


Confirmaba su alternativa con una corrida de Fermín Bohórquez esta tarde en la primera plaza del mundo la rejoneadora Léa Vicens. Lo hacía con Pablo Hermoso de Mendoza como padrino y con Leonardo Hernández en su segunda tarde isidril como testigo. A las cinco y media en punto arrancaba el paseíllo. Salió a hombros por octava vez Leonardo Hernández entre la oreja de Vicens al manso sexto. 


Emotiva fue la confirmación de alternativa de Léa Vicens antes de la salida del primer toro de Fermín Bohórquez. Con tranquilidad inició faena, sin que la atosigaran los nervios a lomos de Bético. Un segundo par desde las mismas tablas al centro del ruedo no le salió bien. Temple y buen tranco mostró el de Bohórquez, herrado con el número 58 el negro bragado. Con el lusitano Desafío, del hierro de Arsenio Cordero, prosiguió su trasteo la francesa para entrar ahora más en corto y en el centro del anillo, clavando en todo lo alto el palo. Con Espontáneo enterró el acero a la primera, cayendo el de Bohórquez de forma ipsofacta.Muy bien Lea que mereció la oreja que le negaron. Vuelta al ruedo.


A la infanta doña Elena brindó Leonardo Hernández su labor al tercer toro de Fermín Bohórquez, que salió dormido. Champán, caballo albino, despabiló al toro gaditano de salida, pues no tenía un tranco alegre el animal, sosería que demostró durante toda la lidia. No logró conectar en los tendidos venteños hasta que sacó a Xarope y se gustó en un par antes del epílogo de su faena. Tomó las cortas para clavar hasta tres palos al violín gustándose con gran elasticidad. Un tordo con el hierro de Silveiras llamado Estoque fue el encargado de salir en el tercio de muerte, acertando a la primera el extremeño. Certero anduvo con el descabello para cortar la oreja.


Con Napoleón inició su faena Pablo Hermoso de Mendoza, un toro que levantó de inicio mucho más la cara que su hermano anterior. Exquisito fue el toreo del estellés a lomos de Berlín en el ecuador de la faena, dejando tres pares después de una serie de hermosinas que levantaron la plaza. Sin apenas espacio fueron las siguientes banderillas, que tuvieron buen gusto y conexión. A lomos de Pirata puso las banderillas cortas el navarro pero lo importante llegó después, con la plaza en un auténtico manicomio, clavando banderillas a dos manos en el epílogo del trasteo. Mató de medio rejonazo medio trasero que levantó el puntillero, pinchando posteriormente y esfumándose toda posibilidad de trofeo. Silencio.


A la infanta doña Elena brindó Leonardo Hernández su labor al tercer toro de Fermín Bohórquez, que salió dormido. Champán, caballo albino, despabiló al toro gaditano de salida, pues no tenía un tranco alegre el animal, sosería que demostró durante toda la lidia. No logró conectar en los tendidos venteños hasta que sacó a Xarope y se gustó en un par antes del epílogo de su faena. Tomó las cortas para clavar hasta tres palos al violín gustándose con gran elasticidad. Un tordo con el hierro de Silveiras llamado Estoque fue el encargado de salir en el tercio de muerte, acertando a la primera el extremeño. Certero anduvo con el descabello para cortar la oreja.


No se quería ir Pablo Hermoso de Mendoza frente al cuarto sin dejar su impronta con mayor rotundidad, por lo que fue ahormando el tranco incierto en los primeros compases de la lidia. Sacó a Alquimista, hijo de Unamuno, para romper el hielo tras la oreja de Leonardo, pero los momentos importantes llegaron a lomos de Disparate, dejando cambios de pista que tuvieron muchísimo clasicismo. Con Donatelli y su particular movimiento clavó a la grupa ganándole terreno al toro, que iba a menos por momentos. Una pirueta ajustadísima en la misma cara del animal puso la emoción en ese momento. Tres banderillas cortas pusieron fin a la actuación del navarro. Pinchó en el primer encuentro para dejar una entera a la segunda.


Muy en Murube era el sexto, que salió apretando a Francisco Alarcón en el burladero. Fue un manso de libro que levantó la ira del tendido. Se le debieron dar varios capotazos de salida por los subalternos, pero tras sentir el hierro del rejón de castigo, el jaco pareció ir al centro del anillo, algo que no consiguió nada más que por algunos segundos. Con Gacela prosiguió entre los pitos del tendido al de Bohórquez, dejando un buen quiebro. Poco después, montando a Bazuca, dejó un desplante que gustó al tendido. Poco a poco fue metiendo al animal en el canasto, olvidándose de todos los condicionantes del público que estaba más pendiente de la presidencia y de los subalternos. Solventó con mucha raza y buen oficio todas las adversidades ante el sexto. Fenomenal fue el rejonazo final, que proporcionó una oreja de gran consistencia.


FICHA DEL FESTEJO


Plaza de toros de Las Ventas. Penúltima de la Feria de San Isidro. Corrida de rejones.

Seis toros de Fermín Bohórquez.


Pablo Hermoso de Mendoza, silencio y ovación.


Leonardo Hernández, oreja y oreja.


Léa Vicens, vuelta al ruedo y oreja. 

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