Hasta que le cogió el pulso Sebastián Castella al cuarto tuvieron que pasar cinco minutos de faena. Antes, un rápido tercio de varas y banderillas propició que el astado llegase fresco al inicio muleteril del francés. Templando las embestidas consiguió torear despacio sobre la mano izquierda, cantando Madrid a pesar de la falta de ímpetu del astado. Un estoconazo dejó el francés, siendo ovacionado por el respetable.
Escribe tu comentario