Sergio Galán cortó oreja y oreja para salir por séptima vez a hombros de la capital; Rui Fernandes dejó una gran faena al cuarto fallada con el de muerte y detalles Moura en el tercero

La séptima

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JAVIER FERNÁNDEZ-CABALLERO


Acogía este sábado de feria la plaza de toros de Las Ventas la tercera corrida de rejones del ciclo. A las siete en punto de la tarde hacían el paseíllo los portugueses Rui Fernandes y Joao Moura junto a Sergio Galán en un encierro de toros de José Benítez Cubero. Salió a hombros Galán cuando caía la monumental de agua sobre la capital.


Con "Canario” recibió al abreplaza de Benítez Cubero Rui Fernandes, un toro que salió distraído pero que auguraba buen tranco. Consciente del piso, arriesgó el luso ante un toro que se dejó por momentos: con "El Dorado” prosiguió su faena de banderillas, llevándose al toro y cambiándolo de terrenos. De lejos arrancó al caballo para esperar la embestida de un astado que se caía en el momento del embroque, perdiendo las manos a pesar de clavar Fernandes. Con piruetas terminó su labor Fernandes, para terminar con "Etcétera” su labor en faena. Con "Fado” puso las cortas el luso, para enterrar el rejón de muerte a la primera Fernandes, cayendo el toro de forma rápida.


No fue fácil tampoco de salida el segundo, un toro al que Sergio Galán recibió con "Descarado” y quiso apostar para irse a buscarlo de salida. Con frialdad acogió el tendido la colocación de los rejones de castigo, sacando poco después Sergio a "Apolo” para iniciar su faena, quedándose sin toro en el primer palo y no pudiendo clavarla, dejándola sobre la arena venteña. Se dolió el de Cubero de un segundo par en el que ya sí acertó el conquense. Con "Titán” decidió proseguir trasteo Galán, para terminar con "Oro” –que no estuvo en su tarde anterior- y clavar un carrusel de cortas entre los aplausos del respetable. Emocionante fue el final, clavando perfectamente las tres banderillas cortas en la parte más lucida de su lidia al astado, vendiendo y sabiendo ofrecer al público su labor Sergio. Rejón de muerte en mano, el caballero acertó a la primera enterrando el acero de forma efectiva. Oreja.


Para evitar querencias le dejó un buen rejón de castigo Joao Moura al tercero de la tarde, un astado que se iba de la montura y nada quería saber de ella. Con "Dallas” finalizó su labor el portugués, clavando las cortas entre leves ovaciones del tendido ante un mansurrón que hizo gala de su condición a lo largo de toda la lidia. Un pinchazo previo enfrió la gran labor del rejoneador, algo que hizo que tras el rejonazo final el respetable no pidiera con fuerza el trofeo.

Arriesgadísimo fue el inicio de lidia de Rui Fernandes ante el cuarto de Pallarés –primero de los dos toros de la corrida con ese hierro-, al que esperó y le clavó de inmediato un rejón de castigo en la misma puerta de toriles, algo que encandiló al tendido con el caballo "Etcétera”. Se despabiló a partir de ese momento el astado. Muchísima distancia le dio en el inicio de faena a un toro que embestía con prontitud, y muy bueno fue ese primer par que levantó literalmente a loss tendidos por su emoción y gran colocación, vendiéndolo y sabiéndolo ofrecer el portugués al respetable. Con "Azúcar”, un tordo caballo, finalizó su labor con un carrusel de rosas en las que no acertó. Cayó muy bajo el primer rejón, haciéndole guardia y siendo retirado por las cuadrillas en ese momento, para que cayera el animal poco después.


Muletazos a caballo en el mismo centro del ruedo en el inicio de faena dejó el conquense, cantados por el tendido y con muchísimo temple antes de clavar el par. Soberbia fue la previa de ese momento, tirando el sombrero al tendido y gustándose muchísimo en los embroques, clásicos. Impuso su ley "Ojeda” en ese momento también en los medios. "Apolo” fue el siguiente caballo que sacó Galán, haciendo las delicias del público venteño. Un par a dos manos de poder a poder a lomos de "Apolo” encandiló los tendidos. Con "Óleo” dejó las cortas el rejoneador para, tras rejonazo entero, pasear la oreja de su séptima Puerta Grande.


Se convirtió en un barrizal el ruedo de Madrid en el sexto de la tarde, cuando comenzó a llover torrencialmente en la capital y se hizo peligrosa la actuación del portugués Joao Moura. Comenzó el público a abandonar el tendido entre el mérito del joven de los Moura, clavando y cambiando de pista a pesar de las arduas condiciones climatológicas. No prestó el público atención a la labor del joven, que dejó un gran rejonazo final.



FICHA DEL FESTEJO

Plaza de toros de Las Ventas. Feria de San Isidro. Corrida de rejones.

Seis toros de José Benítez Cubero.

Rui Fernandes, ovación y ovación.

Sergio Galán, oreja y oreja.

Joao Moura, ovación y palmas. 

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