Muletazos a caballo en el mismo centro del ruedo en el inicio de faena dejó el conquense, cantados por el tendido y con muchísimo temple antes de clavar el par. Soberbia fue la previa de ese momento, tirando el sombrero al tendido y gustándose muchísimo en los embroques, clásicos. Impuso su ley “Ojeda” en ese momento también en los medios. “Apolo” fue el siguiente caballo que sacó Galán, haciendo las delicias del público venteño. Un par a dos manos de poder a poder a lomos de “Apolo” encandiló los tendidos. Con “Óleo” dejó las cortas el rejoneador para, tras rejonazo entero, pasear la oreja de su séptima Puerta Grande.
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