Diego Urdiales comentaba tras la faena a su primero: "Un toro exigente que no me ha agradecido lo que le he hecho. Por el izquierdo lo ha marcado desde el principio, costaba muchísimo y me he puesto para que se viera. Por el lado derecho parecía que no acababa nunca de descolgar y sobretodo de entregarse, cada muletazo venía más por dentro. El toro tenía su poder y había que impornerse”.
Tras las pocas opciones que le dejó el cuarto de la tarde a Diego Urdiales, dijo a los micrófonos: "El toro ha sido manso perdido. Tenía que matarlo pronto porque se iba a poner complicado, afortunadamente le he metido la mano. Uno no viene a Madrid a esto pero el toreo es así”
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