Manseaba en los primeros tercios el sexto de la corrida, un astado que tuvo frialdad en los primeros tercios y que se puso complicado para el tercio de banderillas. Se metía por los adentros y hacía imposible la lidia. Suelto salía en los finales de muletazo de Fortes, sorprendiéndolo en una ocasión. Iba dormidito y se echaba encima, justo lo que le pasó con el torero malagueño, pues venía pensando y pedía que se le provocara la embestida. Toque fuerte pedía para entrar a matar, y se lo dio un Fortes que dejó una media estocada al manso.
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