Editorial: "El toro no es una ruleta rusa"

editorial de pedro j. cáceres

El Pana se debate entre la vida y la muerte. Confirmado que se queda paralítico. 66 años confiesa, pero no pesan los años pesan las carencias, las licencias transgresoras y los leotarderos cómplices que le animan a ir a los leones unas raquíticas tardes en número. Y tanto ir el cántaro a la fuente se rompe. Por su puesto que le deseamos lo mejor.

Ayer un torero que prometía hace 6 años, volvió al escaparete mundial tras 5 años de ausencia y en ese periodo no más de una decena de festejos de los que engañan, dan coba y propician mediante un contacto de apoderamiento coyuntural su sorpresiva presencia en algo tan serio como Las Ventas.

Tres avisos, toro al corral y sinceras lágrimas de impotencia.

Claro que ha habido casos de resurrección en el coso madrileño.Pero es lo que tiene jugar a “la ruleta rusa”, y la responsabilidad de tales “juegos” no es el torero solo sino “en compañía de otros”.