Las corridas concurso de ganaderías tuvieron su tiempo y su momento. Eran épocas en que el toro importaba, y mucho Tal situación dejó de interesar. Sobretodo al público, absorbido todo por el torero; al ganadero también lo abduce

Corridas concurso ¿ de qué?

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EDITORIAL



COMENTARIO DE PJC- 



Corridas concurso ¿ de qué?





Las corridas concurso de ganaderías tuvieron su tiempo y su momento. Eran épocas en que el toro importaba, y mucho: tanto para los ganaderos como para el público. Tal situación dejó de interesar, sobretodo al público, absorbido todo por el torero, al ganadero también, lo abduce ; tanto al de cartel de figuras de grandes ferias como a los de hierros denominados duros.



Así las cosas es de resaltar que Simón Casas, empresa de Zaragoza, haya rescatado lo que antiguamente fue un espectáculo clásico por San Jorge.

Y, en su medida, el público respondió con una aceptable entrada.


Pero las coas son como son y no como se prevé que sean o salgan.


El surtido variado de ayer, con hierros de prosapia mestizados con los catalogados de duros, la probeta de uno que habitualmente lidia para rejones, aunque con excelente pedigrí y encaste apreciado antaño, y el guiño al criador local para tirar del paisanaje fue un “concurso”…pero de despropósitos.



No ya en el juego de las reses en sus diferentes apartados de lidia completa, o parcial en el caballo y la muleta, que hubo de todo sino en tipos y hechuras.



Y es que la cuestión tiene explicación lógica, sin quitar la responsabilidad de quien asume concursar, más allá de vender un toro, por prestigio y reivindicación.



Esa es la madre del cordero: tener que descabalar una corrida por sacar un toro, con tipo, notas y reata que no compensa ni en cotización ni aporta a la vacada algo más allá que una placa conmemorativa y un minuto de gloria.



Así las cosas la única posibilidad de mantener un vestigio de las “concurso” aunque sea testimonial, independientemente de la conciencia altruista de ganadero aficionado, es su celebración finalizando la temporada cuando, por diferentes causas, algún ejemplar de lo mejor de la camada, haya quedado sin colocar.



Claro que, visto y lo visto, y conociendo a nuestros clásico y lo difícil que está la vida se corre el riesgo que la corrida se convirtiera en “concurso… de limpieza de corrales”.



Ayer alguno empezó a pasar la fregona.




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