Murcia. Festival de la AECC: ​El Cordobés, El Fandi y López Simón se llevan los máximos trofeos del festival contra el cáncer.

|


Magnífico ambiente se vivió ayer, como es costumbre, en un remozado coso de La Condomina en el la XXII edición del Festival Taurino a beneficio de la AECC. Un público con ganas de toros y generoso se dio cita en una gran tarde, veraniega. La nobleza del encierro y la disposición de los toreros hicieron el resto para que la cita, en números, resultara increíble.

Ganadería: Un toro de Fermín Bohórquez (para rejones) y seis de Luis Algarra, bien presentados para un festival y de buen juego.

Sergio Galán: (rejoneador), dos orejas.

Enrique Ponce: Una oreja.

El Cordobés: Dos orejas y rabo.

El Fandi: Dos orejas y rabo.

López Simón: Dos orejas y rabo.

Antonio Puerta: Dos orejas.

Filiberto: Oreja.

Incidencias: Tarde calurosa y casi lleno en los tendidos con algo más de diez mil espectadores. Antes del paseíllo los alumnos de la Escuela de Tauromaquia de la Región de Murcia portaron en el ruedo una pancarta con la leyenda 'En Murcia los toros son arte, cultura y solidaridad'. Al romper el paseíllo, el presidente de la AECC, Agustín Navarrete, entregó a los toreros actuantes un plato cerámico en agradecimiento a su participación altruista en el festival.




LA CRÓNICA / PACO OJADOS

El primero en actuar fue el rejoneador Sergio Galán. Lidió un toro cinqueño de Bohórquez, alto y largo. Lo paró fenomenal con 'Amuleto' el jinete madrileño, que con ese solo rejón cambió el tercio. El tercio de banderillas lo comenzó con 'Ojeda', con el que lució en los pares clavados en todo lo alto y al encelar al toro, al que llevó cosido a la cola del equino. Las pasadas por los adentros con un caballo que toreó de frente, fueron de lo mejor de su actuación. Una rueda de tres cortas puso fin a su faena, culminada con el verduguillo tras un rejón entero y trasero. Para Galán fueron las dos primeras orejas de la tarde.

El primero para la lidia a pie, agachapado y cómodo de cuerna, fue para Enrique Ponce, que se gustó en los lances con la pierna arqueada de saludo y en las verónicas y la garbosa revolera de remate. Hubo brindis al público. Flojeó de los cuartos traseros el noble astado, al que aprovechó el maestro de Chiva toreando a media altura, componiendo y acompañando con la cintura los suaves derechazos. Dio sus tiempos al toro, lo cuidó con mimo, y fue construyendo una faena fina y elegante. Exprimido todo el jugo del ejemplar de Algarra, el valenciano tomó la espada para pinchar en cinco ocasiones -algo inusual en este diestro- antes de cobrar un estoconazo fulminante. Por eso, solo paseó un cariñoso trofeo.



Se desbordó el festival a partir del tercero de la tarde. Ese fue un castaño bocidorado que le correspondió a El Cordobés. Jaleó el público el saludo capotero de Manuel, en un palmo de terreno. Recibió un buen puyazo, en el que se empleó, el de Algarra, que salió de su encuentro con el montado perdiendo las manos. Brindó desde los medios El Cordobés, que con el tendido absolutamente receptivo, sobre todo el de la solana, ligó dos tandas de toreo en redondo, con el compás abierto y corriendo la mano con buen oficio. Afirmado el toro, sacó nobleza y embistió con franqueza, lo que colaboró con El Cordobés para que este siguiera dando fiesta a sus adeptos, que enloquecieron con dos saltos de la rana y sus peculiares adornos, cabezazo incluido. La locura total estalló cuando El Cordobés cobró un estoconazo que no precisó de puntilla. El flamear de pañuelos tiñó de blanco los tendidos. Paseó Manuel los máximos trofeos en una vuelta al ruedo entre clamores.

De rodillas

Continuó la senda triunfal El Fandi. Recibió al cuarto con una larga cambiada, seguida de lances rodilla en tierra. Galleó por chicuelinas para llevar al toro al caballo, y quitó por navarras, iniciadas con una serpentina y abrochadas con la media verónica de rodillas. Sin pausa tomó los palitroques, resultando espectacular un par en la suerte de la moviola.

Como sus compañeros brindó su faena. La inició de rodillas, junto a tablas, para coser un farol al de pecho en el cierre de ese comienzo muletero. Este fue otro toro de Algarra que sirvió en la muleta y El Fandi, gran conocedor de la lidia y dominador de los terrenos, lo ligó en series diestras, animó el trasteo con molinetes y dibujó algún natural largo, tirando bien del animal. Técnicamente perfecto, no faltaron los adornos para la galería, con los molinetes engarzados y los circulares, así como los remates de rodillas y el abaniqueo por la cara. El dominio de la escena, unido al final por manoletinas y la estocada entera, algo trasera pero eficaz, le valieron los máximos trofeos.

Embalada la tarde, saltó al ruedo el quinto. El bragado dio una voltereta en un saludo de capa en el que poco pudo lucirse Alberto López Simón. Lo castigó muy poco en el puyazo el picador. Debutaba en este festival a beneficio de la AECC el torero de Barajas, que brindó al publico. Estoico, Alberto lo quiso pasar por alto en un inicio de faena en el que se desmoronó el toro. Como es torero de valor y buena muñeca, se quedó muy quieto para ligar algunas de las mejores series de muletazos que se vieron durante la tarde. Metió bien la cara el toro hasta que se fue rajando, y el torero de Madrid lo apreció. Hizo cosas importantes, como una tanda iniciada con un pase cambiado, muy bien ligada, y un circular perfecto. Por si faltara algo, echó las dos rodillas al albero para torear en la fase final de un trasteo que resultó vibrante. La estocada, cobrada a ley, fue celebrada por el público, que volvió a flamear entusiasta los pañuelos. López Simón fue el tercero en pasear un rabo en tarde festiva y generosa.

Volvía a La Condomina Antonio Puerta. Lo hacía con la vitola de ser el triunfador de la feria de septiembre y tras su gran tarde el pasado día 3 en Cieza, donde fue corneado en el gemelo. Con la herida abierta, no quiso perderse su cita con el festival de la AECC. Lanceó con soltura a un astado que salió con alegría de toriles. Lidió Antonio Cama con solvencia. Brindó a Manuel Díaz, el torero que más veces ha toreado este festival. Se fue a los medios para citar desde la distancia y, enjuto, se cambió la embestida por la espalda. Se vio apurado cuando el toro, por el pitón derecho, hizo por él. Templó en la tanda en redondo tras el preámbulo y en los medios fue construyendo una faena cimentada en la firmeza de plantas. Otro toro al que no le sobraron las fuerza pero que tuvo un pitón muy potable. Como es torero de valor probado, acortó las distancias y, con circulares INVERTIDOS, fue ganándose el favor de la grada, quedándose muy quieto para ligar, hasta que en un momento de la lidia, acortó tanto la distancia que el de Algarra lo volteó y se lo echó a los lomos. Volvió a la cara del cornúpeta para acabar su labor con juncales manoletinas antes de entrar a matar. Un pinchazo hondo fue suficiente para que el astado doblara. Después de dar la vuelta al ruedo, tuvo que pasar a la enfermería.

Arrimón imponente


Cerró el triunfal festejo el novillero Filiberto. Manejó bien el capote en un ramillete de verónicas de buen trazo. Mandó picar poco al novillo y brindó al respetable. Comenzó por estatuarios en el centro del anillo, con aire amanoletado. Con temple corrió bien la mano en dos series diestras en la que hubo aguante en los de pecho. Las ganas de agradar le llevaron a meterse precipitadamente entre los pitones, que le pasaron varias veces rozando los muslos. Arrimón imponente el del novillero de Calasparra, que quiso sobrepasar las leyes de la física, queriendo hacer pasar al toro por donde no había espacio, hasta que resultó cogido en dos volteretas tremendas. Palizón el que se llevó el calasparreño. Al quinto intento cobró la estocada entera que pasaportó al último astado de un festival que resultó un éxito y en el que Filiberto paseó el último trofeo de una tarde plena de alegría, solidaridad y esperanza.

Sin comentarios

Escribe tu comentario




No está permitido verter comentarios contrarios a la ley o injuriantes. Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios que consideremos fuera de tema.