EN CORTO Y POR DERECHO (PJC)
Lo que la espada se llevó
Me preguntaron a la mañana ¿Cómo recibirá Sevilla hoy a los toreros? “Ni me interesa. Me importa como los despida”.
Entre otras cosas porque el 50% de la plaza en estas tardes es del AVE.
Y pudo ser de traca, pero de las de pólvora de celebración. Tres o cuatro orejas posibles y una más que probable Puerta Príncipe que se dejó El Juli.
Sorda rivalidad, competencia, ambición, no dar un muletazo por perdido, aunque los mansos huyan a tablas, exponer, lidiar y crear; a los buenos, cuajarlos. Hasta el farol de recibo capotero de Morante y las “portagayolas” de Juli y Perera, consecutivas, en estas corridas tienen su relevancia global. Incluso picadores y subalternos. A Ambel le tocó la música ¡lidiando!.
Cada uno con sus armas, y la definitiva es la espada que para algo su nomenclatura administrativa es la de “matador de toros”. Contundente, no de cuidados paliativos.
Y lo que siempre digo de la espada: si el penalti lo tiras desde el córner lo normal es que el balón vaya al lateral de la red.
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