Y él lo sabía. Morante hizo el paseo con rictus grave. Con el toro en la plaza hubo entrega desde el minuto 1.

Le estaban esperando

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EN CORTO Y POR DERECHO (pjcáceres)




Le estaban esperando

Y él lo sabía. Morante hizo el paseo con rictus grave. Con el toro en la plaza hubo entrega desde el minuto 1.

Su compromiso sincero se notó en cierto envaramiento, tanto que tardó un mundo, siempre dentro de la disposición, a ver el fondo de casta, no fácil, del 4º.

Ahí surgió el Morante en estado puro, pero era tarde, ya, para el funo que no se dejó matar y menos descabellar. Un accidente de tres avisos.

El 1º tan sólo le permitió sus detalles de maestro orfebre.

Me da el olfato que esta va a ser su feria, Al tiempo.


La ausencia por dos años de Talavante pasó desapercibida gracias al de La Puebla.

Exprimió el buen pitón izquierdo de su 1º y trufó de variedad, mucha torería y compostura. Oreja de torero en sazón.

Importante su faena al 6º hasta hacer al público entregarse. Fue trasteo de mayor fondo por tener toro desconcertando que su labor anterior, pero la tarde estaba cortada por la cornada de Lili y el toro al corral de Morante. Las que se van por las que se vienen.


Manzanares pechó con el lote más deslucido de una corrida de Domingo Hernández que ayudó muy poco entre desigual y vulgar con alguna ráfaga de algún toro cuando equivocaban su condición mansota.

Y un par de banderillas de Rafael Rosa ¡chapeau!




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