Pero una convulsión de ratificación, más bien esperada, antes que sorpresiva. No se dejó nada para otro día. Como si los políticos tocapelotas fueran a prohibir los toros mañana.

FINA ESTAMPA

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EN CORTO Y POR DERECHO (PJC)


He retrasado la publicación de esta columna deliberadamente para compulsar y digerir lo que ayer tarde se vivió en Valencia con Roca Rey : una conmoción.

Pero una convulsión de ratificación, más bien esperada, antes que sorpresiva.

No se dejó nada para otro día. Como si los políticos tocapelotas fueran a prohibir los toros mañana.


Y no era fácil porque la corrida leída de otra forma, tal que el manual “talavantista” ,fue desconcertante por desigual en conjunto y por los continuos cambios de comportamiento de uno en uno durante la lidia.

Una corrida de V. Del Río con varios toros aplaudidos en el arrastre en el que el ganadero debe agradecer el trato intenso del peruano y las ráfagas del extremeño.


Claro que en toda la tarde hubo carencias : por ejemplo las lances a la verónica deben trabajarlos más los dos. Lo mismo que dosificar el despliegue pirotécnico de recursos de prestidigitación dorsal. Pero hoy toca felicitarnos.


Ayer hubo momentos en que se demuestra que, al contrario de otras disciplinas competitivas, pueden ganar los dos o los tres del cartel, incluso el encierro.

Al final sólo lo hizo Roca Rey porque se lo propuso y por las lagunas de incomparecencia de Talavante que dejaban aislados sus pasajes geniales.


¡Fina estampa, caballero. Caballero de fina estampa un lucero! ¡Una veredita alegre 
con luz de luna o de sol…

Roca Rey bienvenido a la tauromaquia del siglo XXI

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