Lorenzo cortó una oreja que debieron ser 2. Ginés dio vuelta por 4 orejas antes de las espadas. Climent sumo una oreja de "compromís valenciá".

Los primeros de la clase y la cuota del pliego

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EN CORTO Y POR DERECHO (PJC)


Los primeros de la clase y la cuota del pliego



Lorenzo cortó una oreja que debieron ser 2. Ginés dio vuelta por 4 orejas antes de las espadas. Climent sumo una oreja de "compromís valenciá".


Llegó la lluvia, se fue; vino el viento y el frio: todo muy antitauirno.

La novillada del Parralejo, noble, baja de casta pero muy asequible.

Álvaro Lorenzo está tan hecho que la cabeza la tiene en el toro. Lo hace ver muy fácil: técnica, composición, elegancia; sobriedad y solvencia. Un pero: pisa el área sólo cuando le aprieta el zapato.

Sin necesidad de pretender ser profeta Ginés Marín va a estar a partir de junio en las ferias codeándose con las figuras. Lo tiene casi todo. Tan sólo que comienzos tan intensos y toreros son difíciles de mantener, más cuando se es torero largo, de repertorio, y en un libro quiere escribir obras completas.

Climent añora ser heredero de El soro, pero por momentos el subconsciente le traiciona e intenta tocar el palo de Ponce. Difícil de conjugar el pan y las tortas; es lo que salió.

Lo que es censurable en toreros en formación es el manejo de la espada. Y no es mala suerte, es que si el penalti lo tiras desde el corner lo normal es que el balón entre por el lateral.



LA CRÓNICA DE JAVIER F. CABALLERO


Para ti, Joan Ribó



Perdonadme Álvaro, Ginés y Cristian, pero os voy a utilizar populistamente para gritarle a otro populista cómo se hace demagogia. Aprende y si lo haces, hazlo bien, Joan. No seas mediocre...


Esta crónica es para ti, Joan. Hoy nos has dedicado unas palabras "amables” pero con la saña rencorosa del ideal que dices representar. Sí, esta crónica es para ti, que inconscientemente has afirmado este mismo mediodía que las cerca de 40.000 personas que ayer se manifestaron en tu cara tornen su Fiesta en incruenta, que le eliminen la muerte que hace sagrado su rito, que le erradiquen su condición mítica extrayendo de sí la parte que le ha hecho perdurar en la historia.


Perdonadme Álvaro, Ginés y Cristian, pero os voy a utilizar populistamente para gritarle a otro populista cómo se hace demagogia. Aprende y si lo haces, hazlo bien, Joan. No seas mediocre, por favor: haz buen populismo. No nos des lecciones, que desde Gallito hasta Romero hemos tenido, los aficionados, casi una centena que ya lo han hecho y, si haces populsimo contra el toreo, hazlo bien. No desmitifiques el término. No le hagas daño, porque tenían que pasar sólo 10 horas desde que 40.000 almas pasaron por la puerta de tu Ayuntamiento para que alzaras la voz contra el pueblo. Nos has querido aleccionar esta misma mañana.


Pero no lo has conseguido, Joan, te lo han demostrado tres jóvenes piezas de billar que hoy no dieron a la blanca de la espada pero se enrolaron para cuajar sus vidas y su vocación a esta inmortal religión. Esta crónica va para ti, para tu cara: esas cuatro gaoneras de espanto y esas siete bernadinas de vértigo de Ginés, el ramillete de trincherillas que reventaron la arqueología levantina de Lorenzo y, por supuesto, esa pirotecnia de tu paisano Cristian. Para ti todas.


En tu cara, Joan, le imprimió suavidad capotera Álvaro Lorenzo a un abreplaza que quiso ser sorna de la misma bravura que tú detestas. Intentó que así no fuera un joven al que el encierro en los Montes de Toledo que la sabia sien de los Lozano han progresado este invierno le marcó la evolución capotera de quien puede y quiere estallar el escalafón mayor. Quiso ser fruto maduro un Ginés que ya le entró por espantosas chicuelinas a aquel jabonero, que en manos del manchego fue un mulo desalmado, fue impávida roca empalizada en la arena levantina porque a la calidad le faltó la fuerza que es fuente del todo en esto del toreo. Y le pidieron la oreja, la misma que mereció en el cuarto.

Esa facilidad para enroscarse al flojo supo Lorenzo poetizarla también con este cuarto, en tu cara, Joan. Dulce fue su respuesta al alcalde por verónicas: máxima técnica de quien tiene por maestro a la muleta de Castilla, muletazos en dos tiempos de quien fue listo para saber que con uno sólo no azuzaba el frío que invadía la plaza y naturales, Joan, que consiguieron sujetar al manso hasta reventarlo por abajo justo donde él quería, en la puerta de chiqueros. 


Y la oreja, Joan, que es premio del materialismo que tú dices odiar pero camino efímero para el que quiere y puede ser gloria de su escalafón. No lo entiendes, Joan, pero me da igual. Esa oreja va por ti.

En tu cara, Joan Ribó, fueron también la docena de verónicas a pies juntos con las que Marín vociferó su concepto ante el primero de su lote. En tu cara ese cartucho de pescao que fue hule cirujano si milímetro y medio más a su izquierda hubiese querido el Gran Poder de su montera que pasase. Y le enzarzó naturales de bellísimo crujío a sones maestros de una Puerta que sólo los cónsules de Nimes sabrán si es Grande. Los sones maestros, por cierto, de una banda de Chiva que el destino sabio quiso hoy que fuese la que ilustrara musicalmente la obra de Ginés: el pueblo del padrino que lo alternativará en mayo tocando la Puerta Grande que es augur del buen tino de Valencia. Y en tu cara, Ribó, a sólo trescientos metros del sillón al que ya te has acomodado, se rompió Ginés a torear. No se cansó de mecer su alma a la zurda mientras su espíritu seguía mirando de reojo al maestro de la banda porque sabía que tras su batuta se encontraba el sueño, una somnolienta realidad que no la encontró en la embestida dormida del "parralejo”.

Y por último y también en tu cara, Joan, la voluntad la gritó tu paisano Cristian Climent. En su cara y a portagayola se fue a esperar al sexto, que ya de salida se le vino a los tobillos para intentar rebañarle la vida. Galleó para llevarlo al caballo y ahí acabó su torería: un fallido par del "molinillo”, dos quiebros palitroques en mano de escándalo o varios derechazos enhilados fue mérito de Climent para ti, Joan. Antes, le cambió el viaje al tercero en el inicio muleteril para convertir en tediosa la faena ante un novillo sin más donde rascar. Ese péndulo también iba dedicado a ti, querido alcalde de esta bella ciudad.


Y esta crónica va para ti, Joan. Buenas noches. Y a ver si, ahora que los taurinos nos las sabemos todas, somos nosotros los que nos vamos a convertir en los escraches que verbalmente legalizáis para que se te quite de golpe la idea de hablar gratuitamente contra el mismo toreo que ayer gritó libertad en tu cara…


FICHA DEL FESTEJO

Plaza de toros de Valencia. Cuarta de la Feria de Fallas. Novillada con picadores. Más de un cuarto de plaza en tarde de lluvia intermitente.

Se lidian novillos de El Parralejo. Desiguales de presencia y de juego variado. Destacó el buen segundo, aunque flojo como todos sus hermanos.

Álvaro Lorenzo, Vuelta tras petición / Oreja.

Ginés Marín, Vuelta tras petición y aviso / Vuelta tras petición y aviso.


Cristian Climent, Silencio tras aviso / Oreja.


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