Rafaelillo, Escribano y Ureña son “artillería pesada”. Las orejas cortadas son despojos ante el arrojo y el buen hacer de una terna, generosa, que tapó una deslucidota corrida de Adolfo.

La “acorazada murciana” da ejemplo en Valencia

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La “acorazada murciana” da ejemplo en Valencia




Rafaelillo, Escribano y Ureña son “artillería pesada”. Las orejas cortadas son despojos ante el arrojo y el buen hacer de una terna, generosa, que tapó una deslucidota corrida de Adolfo.



Rafaelillo sin opción en primer turno saludó al 4º por el palo de los años 50 ¡que frescura! Pero el toro fue tora. Pese al infortunio se agradeció el oficio y la entrega con oreja lidiada.

Escribano ¡que capote! ¡cojonudo!. Las banderillas un horror y con un mansito, muy profesional muletero. El 5º no posibilitó más que tirar de tablas.

Ureña progresa adecuadamente. Un poquito izquierdoso. Excelentes naturales, mientras se dejó el toro. Se la jugó en el redondo con voltereta espeluznante, y se volvió a poner.

El espadazo fue feo, pero letal, y ya se sabe que la suerte de la fea la guapa la desea. Oreja.

Fondo torero ante casquería bovina en el 6ª.



LA CRÓNICA


Rafaelillo revienta de toreo frente a un cuarto del que paseó una oreja y Ureña se enzarza de frente con el tercer cárdeno para arrancar otro despojo; Escribano, de vacío, es templada novedad


JAVIER FERNÁNDEZ-CABALLERO



Ahora, que estarás sola, duerme tranquila. Sueña, que así lo mereces. Ahora que estás calladita, sosegada, ahora que tu alma descansa, sueña y cree en ti. Y ahora que tienes los ojos cerrados, voy a contarte un cuento que sea nana y, a la vez, anestesia que tranquilice tu alma. La misma que Valencia ha llenado hoy: el alma de un ruedo pleno de fe en lo que cree, pleno de 40.000 corazones que gritaron libertad sin tapujos. Duerme tranquila porque en tu seno también descansó hoy el alma de un Rafaelillo al que le revientan las tripas por entregarse al cuarto. Por eso duerme tranquila. Si quieres, te repito que te canto una nana, pero hoy ya será doble porque Ponce te la cantó a las cuatro y media. Por eso duerme tranquila pero, sobre todo, siéntete contenta, segura, protegida. Siéntete plena porque has sido Bastilla libertaria: has sido alma incendiada por el pópulo errante que hoy te visitó para recuperar la libertad perdida.


Y ahora que estarás sola, calladita, voy a contarte lo que hizo Rafael aparte de devolverle la vida al mortecino andar del cuarto. Se fue éste entre pitos a pesar de que le devolvió la ilusión a un murciano que señaló con el índice, cuando arrastraban al funo, al mismo palco que le había robado los pañuelos del sueño. No era de dos, Rafael, la condición del toro, sí el ímpetu con que quisiste templar la primera del año porque éste, por fin –include productor-, no te roben los tronos que has merecido. Rodilla en tierra lo recibió, pero rodilla en tierra de verdad, con el cárdeno rebozándose en una humillación que se fundió en el peto. Fue de doble temple el natural enganchado, la cintura rebozada en el embroque y el corazón que esquiva dos puñales que intentaron, en corto, rebañarte el cuello hasta en tres ocasiones. Fue doble la estampa de reventar de toreo en tus entrañas, Rafael, pero de una sola y justa oreja el premio final. Antes, grandón y feo pero aplaudido de salida fue el primero, flojo pero con muchísima fijeza: no podía el tal mulo con su alma, un espíritu que hizo por derrotar de una zancadilla a Rubio en el ecuador muleteril y ahí se despertó la diosa.

Esa misma nana para que durmiese tranquila le cantó el capote de Escribano al segundo. Mucha menos cara pero más serio era éste, al que se le mantuvo la fuerza en las banderillas de Manuel, que aguantó parones y anduvo templado, pero fuera de sitio en ocasiones. Si el atropello rabioso de hace un año tintaba de populista su toreo de seda, su marcada evolución le ha quitado la razón a los que hace un año lo reventaban por falto de recursos. Eso, y el par al quiebro que levantó el tendido y desveló la somnolienta embriaguez libertaria de una diosa que ahora ya duerme tranquila. Y lo hace porque vio al de Gerena enroscarse hasta por tres veces franela en zurda, sin aspavientos, con la verdad de su nuevo temple como única arma. Es tu sitio, Manuel. Te lo mereces y el aficionado lo merece. Y tu diosa lo entiende, lo asimila y duerme tranquila porque sabe que así lo sientes.

Paco sí la endulzó entre sus brazos. Ese sí lo sabe porque ese citar de frente es llave única de la verdad, cancerbero entregado a lo que por toriles quiera salir. Porque la verdad no engaña, y citar de frente es verdad. Y la verdad que de lila y oro vestía este 13-M se encontró, frente a frente, con la misma muerte citando precisamente en sus mismos morros. Esa verdad a punto estuvo de llevarse al otro barrio al Ureña más puro, pero vio y creyó la diosa en que su durmiente concepto tendría que reventarlo el de Murcia, y así lo hizo en ocho naturales y dos pases de pecho al tercero que evocaron al Otoño madrileño con otro cárdeno delante de sí. No le dejó el “Aviador” sexto, otro de Martín que, con un enemigo de frente, fue historia para la diosa dormida.

Esa misma diosa que, ahora, ya duerme tranquila. Por favor, hazlo, mi pequeña gran Valencia. Has cumplido tu misión. Has sido Bastilla incendiaria de lo que las entrañas de tus fieles querían gritar a la plebe que no sabe de leyes aunque las pregone en sus homilías. Sí, esa plebe que día a día revive una maldita Guerra y enfunda a la Fiesta y sus secuaces en uno de los abismales bandos de la muerte, la que quiere destruirte… y no se da cuenta de que te hace más robusta. Duerme tranquila, pequeña, esta tarde tres grandes rubricaron con su hazaña cárdena que lo que horas antes se predicaba en la calle no era sino verdad. La misma verdad con la que sueñas y que hoy, 13 de marzo, nos ha hecho un poquito más fuertes.


FICHA DEL FESTEJO

Plaza de toros de Valencia. Tercera de la Feria de Fallas. Corrida de toros. Casi lleno en los tendidos.

Seis toros de Adolfo Martín, bien presentados y en tipo. De mortecina y sosa calidad el primero, muy justo de raza; noble y con humillación sin empuje el segundo; de seria y humillada embestida el cárdeno tercero; de corto viaje y rebañona intención el deslucido cuarto; de noble ademán sin raza el quinto; sin raza ni clase el largo sexto.

Rafael Rubio "Rafaelillo” (grosella y oro): palmas y oreja tras aviso.

Manuel Escribano (sangre de toro): ovación y silencio.

Paco Ureña (malva y oro): oreja y ovación tras aviso.

FOTOGALERÍA: JAVIER COMOS

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