Cristian Climent: “Quiero llenar Valencia de pirotecnia, de traca, de pólvora… y de mucho sorismo”

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JAVIER FERNÁNDEZ-CABALLERO


Cristian Climent es la esperanza del toreo valenciano. Eran finales del sudoroso mes de julio de 2015 cuando hacía el paseíllo en la calle de Xátiva y el maestro Vicente Ruiz "El Soro” permanecía expectante durante su actuación. Le hizo prender las banderillas y dar todo un recital del sorismo que levantó la plaza y que también enorgulleció el toreo de siempre muleta en mano. El Soro, o al menos su espíritu, habían vuelto a darse cita en una plaza de toros tras su reaparición meses antes. Ahora era en cuerpo y alma de un Cristian Climent que trenzaba el cuarto de sus paseíllos como novillero en Valencia con la toga de saberse ganador de la batalla. Porque se la curró. Y ahora lucha junto a Vicente.


"Estoy muy feliz. Estoy en la ganadería de Los Azores, junto al maestro Vicente, y esta es la preparación soñada de un chaval que quiere ser torero. Llevaremos ocho o diez tentaderos. Estoy loco porque llegue el día 14 porque realmente me quiero expresar como soy y quiero dar un golpe importante en mi tierra, entre los míos”, señala el jovencísimo novillero. Sabe que la suerte es mucha, pero la responsabilidad que a día de hoy pesa sobre sus espaldas es mayor. Tiene al lado a uno de los figurones taurómacos de la historia y sabe y debe hacer honra a la confianza que Vicente ha puesto en su carrera.


Es joven, tiene la frescura y la ilusión de quien empieza pero también la inexperiencia de quien aún no está rodado para la alternativa. En el campo se ve "con muchos defectos, aunque bien. Hay mucho que mejorar, me exijo mucho y la perfección nunca la vamos a encontrar pero voy en busca de ella. Me encuentro a gusto por momentos cuando veo que aquello lo llevo como quiero y fluye todo como lo siento. El maestro y los ganaderos lo ven bien, me enseñan y aconsejan, y vamos juntos hacia adelante”.


Hará el paseíllo junto a dos titanes novilleriles como Álvaro Lorenzo y Ginés Marín. Ya se las saben todas. La materia prima es garantía, sobre el papel, de éxito: El Parralejo, vacada que ha obtenido triunfos brillantes en las novilladas del pasado año. "Es la primera vez que voy a matar una novillada de El Parralejo. Esperemos que embistan como suele embestir porque puede ser un día importante para todos. Sobre todo es crucial que metan la cara para poder expresarnos, que el público de Valencia lo vea y podamos salir de nuestra tierra de una vez por todas, que nos hace mucha falta”, señala.


El año pasado Cristian fue la gran sorpresa del verano valenciano. Hizo el paseíllo al lado de Fernando Beltrán, Posada de Maravillas, Álvaro Lorenzo, Jorge Escudero y Varea y sólo él se ganó la salida a hombros que no concedió el palco. La novillada de El Ventorrillo, cambiada a última hora en sustitución de una de El Torreón, tuvo embestidas para entender y perfectamente las comprendió Climent: "Aquella tarde, de las cuatro que llevo en mi plaza en las que siempre he puntuado, me sentí de verdad. La cumbre hubiese sido abrir la Puerta Grande. Esperemos reivindicarlo estas Fallas. Aquella tarde me hacía mucha falta tanto profesionalmente como personalmente. Tenía que pasar algo de verdad y, aunque no salimos a hombros, me dejó expresarme, sacar la personalidad y sacar la pirotecnia valenciana que a veces hace falta”.


Sobre cómo definiría el sorismo y esa particular forma de concebir el toreo, el jovencísimo levantino lo tiene claro: "Es Valencia. Es pólvora. Es pirotecnia pura. Estar al lado del maestro Vicente es un sueño. Aún no me creo que me cuente sus vivencias, que me inculque su forma de ser y de torear .Yo tengo mi personalidad pero el abanico debe ser amplio y tenemos que tener dentro todas las tauromaquias posibles. Gracias a Dios, con el maestro, esa cosita de la ebullición, de la emoción, del arrollar y de tener el golpe exacto en el momento exacto lo vives de primera mano. Me siento orgulloso y privilegiado de estar a su lado, cada uno teniendo nuestra personalidad”.


Entrenar al lado del maestro Vicente exige la responsabilidad de saber hacer todo bien, al menos de salón… y si es con las banderillas, más todavía. Al lado de uno de los mejores colocadores de palitroques de la historia, Climent asegura que seguirá poniendo palos: "Antes no se me pasaba por la cabeza coger las banderillas, pero estando delante de uno de los mejores toreros banderilleros de la historia ni me lo pienso ahora. Me salió solo. Él no me obligó, pero me dijo que me si me gustaría. Al principio me quemaban, pero poco a poco le he ido cogiendo el gusto y ahora estoy loco de poder cuajar un toro con las banderillas”.


En cuanto a la estructura de la presente temporada se refiere y, sobre todo, si irá pronto a Madrid o no, Climent asegura que "estoy loco por ir a Madrid porque estamos en una situación en la que nos toca. Es la única plaza que nos puede dar o quitarnos lo poco que tenemos. En Valencia cuentan con nosotros porque es nuestra plaza y nos lo hemos ganado, pero hay que salir ya de Valencia y esa tarde del día 14 debe ser el pistoletazo para que nos abran las puertas de las Ferias importantes”.


Una última pregunta indiscreta para un torero: ¿Cómo lo concibe? "El toreo es una bendita locura que me conmueve y ojalá y Dios quiera y lleguemos a un cuarto de lo que ha llegado el maestro Soro”.




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