Un cartel de jóvenes rompedores tocaba los clarines matinales de Olivenza esta mañana de domingo taurino

Las mañanitas del Rey Roca con gran corrida de Cuvillo

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JAVIER FERNÁNDEZ-CABALLERO / FOTOGALERÍA: ALFONSO PLANO


Un cartel de jóvenes rompedores tocaba los clarines matinales de Olivenza esta mañana de domingo taurino. Los internacionales Joselito Adame, José Garrido y Andrés Roca Rey hacían a las doce en punto del mediodía el paseíllo en el coso oliventino ante un encierro de Núñez del Cuvillo que 48 horas antes también había lidiado en Castellón.


Intentó dominar Adame al primer toro de Cuvillo, un animal que ya venía flojeando de salida y al que la acción del subalterno Miguel Martín fue positiva para su devenir. No brindó Adame el astado y comenzó su trasteo al hilo de tablas para enlazar una primera tanda por el derecho a la altura, sin obligar y abriéndole mucho el camino. También sin someterlo al extremo fue la siguiente tanda para conseguir la ligazón. No pudo apretarle Adame, tan sólo sacar detalles, muletazos de uno en uno por la salida despistada del astado tras el muletazo. Tenía que provocarle en el pitón contrario Adame, permaneciendo Joselito solvente ante el bobalicón de Cuvillo. Por manoletinas terminó trasteo el de Aguascalientes, metiendo la espada a la primera desde una distancia larga.


En la línea de su hermano anterior fue la presentación del segundo, al que intentó mecer a la verónica Garrido. Lo más lucido llegó en el quite, de rodillas en el centro del ruedo, echándose el capote a la espalda de hinojos para levantar literalmente al tendido. Se desplazó con cierto ritmo en los pares de Antonio Chacón, brindó Garrido el toro al público posando la montera en la primera raya y encajándose en una ligada primera tanda a diestras con el toro repitiendo. Más se afligió el de Cuvillo en la segunda tanda para, en la tercera, exigirle un punto más y sacar momentos de brillo. Un bajonazo efectivo puso en sus manos las dos orejas.


Pulcro fue el recibo capotero de Roca Rey al tercero de Cuvillo antes de gallear con el capote a la espalda y gustar en un hierático quite por saltilleras. En la lidia justo estuvo Juan José Domínguez y Andrés, tras brindis, se lo pasó a milímetros por la espalda para gustar con argumentos. Sin rectificar su colocación anduvo el peruano ante la falta de raza del animal, que le faltaba motor. Mimando muchísimo la embestida fue al natural, con una seguridad fuera de lo normal, toreando de salón y suavísimo ante el toro de Cuvillo. Los muletazos de desmayo de final de tanda fueron supremos, gustando y gustándose ante el respetable oliventino en un impactante momento. Por estatuarios finalizó trasteo antes de, tizona en mano, dejar un estoconazo que tumbó al toro.


Pulcro fue el recibo capotero de Roca Rey al tercero de Cuvillo antes de gallear con el capote a la espalda y gustar en un hierático quite por saltilleras. En la lidia justo estuvo Juan José Domínguez y Andrés, tras brindis, se lo pasó a milímetros por la espalda para gustar con argumentos. Sin rectificar su colocación anduvo el peruano ante la falta de raza del animal, que le faltaba motor. Mimando muchísimo la embestida fue al natural, con una seguridad fuera de lo normal, toreando de salón y suavísimo ante el toro de Cuvillo. Los muletazos de desmayo de final de tanda fueron supremos, gustando y gustándose ante el respetable oliventino en un impactante momento. Por estatuarios finalizó trasteo antes de, tizona en mano, dejar un estoconazo que tumbó al toro. Dos orejas y rabo.


"Dudosito” llevaba por nombre el cuarto, otro toro de Cuvillo de vuelta al ruedo en el arrastre al que logró desorejar el hidrocálido. Algo rajado en algunos momentos de la faena pero pleno de humillación y empuje fue el toro al que lo llevó largo, con mano baja y templadísimo el torero de Aguascalientes. Especialmente al natural y con el tecnicismo que caracteriza su concepto Adame encandiló al tendido, para, tras los finales y la estocada, pasear el doble apéndice.

A por todas se fue también Garrido en el quinto, un toro al que quitó por templadas verónicas y hasta los medios se fue por estatuarios para iniciarle faena. Compromiso, verdad, ganas e improvisación tuvo en este principio muleteril, cambiándose al toro por la espalda . Con la derecha gustó muchísimo el toreo de José, pero fue con la zurda con el que tenía menos recorrido el animal. Más en corto lo intentó cuando se durmió el toro, envolviendo la técnica que atesora para conseguir una faena de menos a más, envuelta en esa personal torería. En la suerte contraria dejó la espada enterrada un punto trasera que hizo rodar al toro.


Más flojedad tenía el cierraplaza, uno de Cuvillo al que intentó cuidar Roca Rey desde el primer momento sin bajarle la mano exageradamente. Vistoso anduvo en el inicio muleteril para, en el centro del anillo, montarse en el astado. Poca historia en el resto de faena ante un mortecino, que iba sin alegría, soso, despistado y que fue bobalicón. El arrimón no tuvo el merecido eco en manoletinas finales que abrocharon su entrega, hincándose de rodillas en las últimas, pasando la raya para mostrar el interés que le faltaba al toro. Espada en mano, dejó una estocada que tumbó al astado.


FICHA DEL FESTEJO


Plaza de toros de Olivenza. Cuarta de la Feria del toro. Corrida de toros

Seis toros de Núñez del Cuvillo, tercero y cuarto premiados con la vuelta al ruedo en el arrastre.

Joselito Adame, oreja y dos orejas.

José Garrido, dos orejas y oreja.

Andrés Roca Rey, dos orejas y rabo y ovación.

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