CRISTINA L. SCHLICHTING

EL TESTIMONIO DE CRISTINA L. SCHLICHTING

“No deja de sorprenderme la asociación de la fiesta de los toros con un espectáculo sádico y cruento porque basta con asistir a una plaza para ver el comportamiento del público y que el deseo de toda corrida es que se mate de una forma rápida, eficaz y correcta. Si a eso sumamos la larguísima tradición de personas con una exquisita sensibilidad que han sido amante de la fiesta, estoy pensando en Cossío, en Miguel Hernández, en Federico García Lorca, en toda la generación del 27, realmente pensar que un aficionado a los toros es un bárbaro, constituye un desafuero incomprensible, pero bueno, ya lo decía un genio, ‘hay gente para todo’”