LUNES DE RESACA

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Ser dios de dioses es lo que tiene: puedes y debes hacer milagros para que los que en ti profesan su confianza celestial no pierdan la esperanza futura en tu divinidad. Ayer, un dios latente sembró de expectación pero poco toreo a 45.000 almas que, cual fieles leales, acudieron a rendirle culto. Y acudió José Tomás.

Lo hizo el mito de Galapagar en la Monumental Plaza México y como tributo al jovencísimo Pablo Álvarez "Palillo”, que con tan sólo 27 años ha logrado levantar el coso de Insurgentes. Este viernes será, con Castella como plato fuerte, la cuarta gran cita de la temporada en la que el ganadero de Barralva pretende erigirse como máximo exponente del empresariado azteca.

Pero lo hizo José Tomás con el toro desigual, y si hablábamos de El Juli y la falta de oponente hace tan sólo ocho días, no vamos a ocultar que al menos dos de los tres astados a los que se enfrentó Tomás no eran dignos de la religión que lidera. Pero llenó. Y lo hizo anunciándose y declarando que Joselito Adame es fiel rival. Aunque lo traicionó triunfando en su temporada, en su año, en su feudo.

Se cumplió, hace dieciocho horas, una vez más el milagro de José Tomás. Viva el toreo del mito, viva la Plaza México, vivan los locos hispanos que hasta allí volaron, vivan los 45.000 corazones aztecas que llenaron y viva el toro que no salió.


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