TESTIMONIO (José María Cano)
Una de las cosas que me enamora de la fiesta de los toros es su verdad, ese grandísimo interés artístico y sobre todo, como es un escenario en el que representar la vida misma.
Esa contraposición entre la verticalidad del torero y la horizontalidad del toro, entre el colorido del traje del torero y el negro del toro, entre la inteligencia del torero y el instinto del toro, es muy parecida a lo que nos encontramos en nuestra propia vida y nuestra relación con el universo.
Y no sé si es tanta verdad, y tanta limpieza por así decirlo, lo que resulta tan molesto.
Escribe tu comentario