CRÓNICA DE MÉXICO (GUILLERMO LEAL)
Ayer el diestro español Diego Urdiales, que ascenso ha hecho con sus dos toros en la Monumental capitalina. Dos toros de la ganadería de Barralva, uno por cierto de procedencia de El Saltillo, y otro de procedencia mejicana, por llamarle de alguna manera. Y el otro de procedencia española, de Atalacio Fernández.
La verdad es que fue importantísima la actitud de Diego Urdiales, un torero que está acostumbrando a lidiar en España, corridas de las llamadas “duras”, de las ganaderías complicadas y difíciles. Y aquí a México ha venido con otro tipo de ganado, y la verdad que se ganó la actuación del día de ayer en la Monumental capitalina. En donde, sinceramente siempre estuvo al filo de la navaja, se puso muy cerca.
Su primero, literalmente se quedó parado. Le faltó raza al toro, porque el lugar en el que se posicionó Diego Urdiales, era para que el toro si hubiera tenido buen fondo, hubiese respondido. Sin embargo, se quedó parado y Urdiales salió muy bien librado de esa faena.
En su segundo, un astado que no rebataba, que no tenía trapío, y que era un toro serio, tenía un castaño muy bonito, enrazado, bravo, pero una bravura no fácil para torear. La verdad es que lo dominó, Diego Urdiales. Sinceramente, este torero ha dejado grandísimo sabor de boca y así como realizó una faena extraordinaria hace quince días, así en el día de ayer deja abierta la puerta para mañana, para cualquier plaza de México. Un torero que además, tiene mucha disposición y con muchas ganas de agradar en su primera incursión como matador de toros en nuestro país.
Y precisamente al lado de él, triunfó Octavio García El Payo. Qué buena actitud de El Payo, y que en el día de ayer, sinceramente volvió a centrarse, volvió a ser Octavio García. La verdad es que realizó dos faenas de corte. El primero muy artístico, pero también con mucho valor, muletazos profundos, muletazos en donde se dejó, y el toro incluso en ocasiones le rozó con la punta del pitón, el traje de luces. Literalmente, no era un arrimón arriesgado de El Payo, pero sí era una actitud de buen torero, cuando el toro lo volteaba y él ponía la muleta, y lo hacía pasar. La verdad es que fue una actuación, muy decorosa, muy buena de Octavio García El Payo, que terminó cortando una oreja en su primero.
Y luego en su segundo, una faena que tuvo detalles. El toro le pegó un revolcón tremendo porque se lo cambió de un pitón a otro en el cielo, y de repente, cuando le tiró al suelo, lo levantó otra vez, y de milagro se salvó de la cornada. Y El Payo, terminó haciendo una labor, que no una faena estructurada, por las condiciones del astado que además había saltado al callejón, y eso le lesionó la manita derecha. Por lo tanto, creo yo que la oreja que le concedieron en el último, fue a petición del público. Algunos la protestaron, y con esa honestidad que siempre ha caracterizado a Octavio García El Payo, pese a tener dos orejas, no quiso salir a hombros, y salió por su propio pie por la Puerta Grande de la plaza Monumental capitalina.
Luego Federico Pizarro, un veterano mejicano, joven pero ya veterano, con alrededor de más de 20 años de alternativa. Y que en su primero, alcanzó momentos muy buenos, de madurez, aunque dejó caer la faena. Y en su segundo, literalmente se perdió con el toro, no se encontró y finalmente, terminó por pasar ayer prácticamente desapercibido ayer en la plaza toros México.
El próximo fin de semana, noble jornada taurina en la Plaza México, donde les estaremos platicando desde luego, de lo que suceda en la plaza Monumental. La plaza más grande, en donde habrá de torear ni más ni menos, que la figura francesa Sebastián Castella, que es uno de los indiscutibles triunfadores de la temporada pasada en esta plaza México.
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