A “yunta” y miento de Madriz

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Ndice

De la decisión del ayuntamiento de Madrid y su intención, firme, de suprimir la Escuela de Tauromaquia, incluido el dar otro uso distinto a las instalaciones de la Venta del Batán.



Por encima de la indignación que el tema suscita, nadie puede decir que no habían avisado, urge una solución para un centro que no solo ha dado gloria a la Tauromaquia y su cultura sino a la sociedad en general a través de la formación cívica que han recibido sus numerosos alumnos y la verificación del comportamiento de éstos en el desarrollo de su vida, tanto taurina como civil.



Como, por otra parte, lo que no pueden hacer es prohibir los toros, sino entorpecer cualquier actividad taurina, más si depende de su política y del dinero de todos los madrileños que ellos reparten sectariamente, hay que buscar una salida triunfal, ni siquiera digna, triunfal, a la Escuela madrileña.



Y eso pasa por conseguir la financiación para su funcionamiento como instalaciones para su desarrollo.


Que duda cabe que la solución inmediata para por la asunción de tal responsabilidad por parte de la Comunidad de Madrid, que con un ingreso directo por canon de cerca de 3 millones de euros, los 120.00 que supondría el presupuesto entre las diferentes partidas de docencia y mantenimiento de instalaciones son el “chocolate del loro”, pero me da que la “taurinísima” según ella, Cristina Cifuentes, sola o en compañía de otros “ciudadanos”, está de perfil.



En cualquier caso, bien lo dice el empresario de la Santamaría de Bogotá hay que adaptarse a los nuevos tiempos, políticos y económicos, y procurar no estar pendientes de las escasas subvenciones o acogimiento de los poderes públicos.



Estoy de acuerdo. Y puesto que a la Escuela le han concedido un sobrero hasta junio de 2016 sería, además ilustrativo y testimonialmente emocionante, que fuera la propia Escuela, sus antiguos alumnos, los que sacaran las castañas del fuego sin tener que deber nada a nadie.



Se imaginan un festival en Las Ventas, institucionalizado, par abrir o cerrar temporada.

La Comunidad no negaría la plaza, ¡que menos! La Empresa colaboraría, sin duda, los ganaderos se volcarían y ¡que bonito! Ver a ese Juli, Abellán, López Simón…incluso Joselito y El Fundi etc. devolver cariñosamente parte de lo que dicho centro les ha aportado en lo taurino y en lo personal.


Incluso las cuadrillas formadas por esos excelentes subalternos que supieron aceptar vestir de plata, tras un tiempo soñando con conservar el oro, y que son igualmente un orgullo para todos.



Con ello, no es que la Escuela fuera viable, aportaría estabilidad de largo futuro, sino sacar el orgullo torero y poder clamar a los cuatro vientos “que ellos mandan en el pretendido hambre al que quieren mandar decisiones tan espurias como bastardas”



¡Al lío!

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