El ejemplo dado por la ÑBA, la selección española de baloncesto es un espejo con reflejo para todos los órdenes de esta sociedad que podemos simplificar en superarse ante la adversidad amparados en el colectivo: todos para uno y uno para todos….

Crecerse ante el castigo como los toros bravos.

Llegó España con carencias de figuras: la saturación de Marc Gasol, las lesiones de Ricky Rubio y “La Bomba” Navarro, la incompatibilidad de Ibaka con Mirotić.

Todo ello impuso precipitar un relevo generacional que ha dado frutos, y, lo más importante, abriga ilusiones de futuro, de selección de larga duración, al menos hasta los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro.

La Tauromaquia se ha cobrado bajas importantes en los últimos días de grandes figuras, imprescindibles en las ferias y de meritorios y novilleros que parece han declarado una guerra permanente por sobresalir.

Pero como en la selección de basket, se ha hecho de la necesidad virtud y ante el aburrido sota, caballo, rey, ha habido que improvisar y subir a los meritorios y emergentes a la primera categoría alternando con las figuras consolidadas. Las bajas por cornada muy grave de Miguel Ángel Perera, de menor gravedad pero incómoda de Alejandro Talavante, la incompatibilidad de Morante de la Puebla con algunas ferias, los altibajos de salud de José María Manzanares han sido enjugados con un Juli en plenitud y un Castella en la cumbre que han tirado del carro en los momentos en que la Tauromaquia más los necesitaba.

Están y se les espera.

Pero tan importante o más es que los jóvenes no han desmerecido, todo lo contrario, cuando se les ha dado la oportunidad de ser alternativa de poder.

López Simón es ya una realidad. José Garrido se resiste a ser un segundón y es uno de los grandes atractivos de este tramo, lo mismo que, toreando, menos, Joselito Adame y Morenito de Aranda, y cuando puede Juan del Álamo da su toque de atención como hace dos temporadas en que era la esperanza blanca charra, lo sigue siendo. Manuel Escribano sirve igual, y con brillantez, para un roto o un descosido.

Han tomado la alternativa con fuerza Roca Rey y con excelente ambiente en su zona, que no es mal punto de partida, el murciano Antono Puerta, que en dos sustituciones consecutivas ha conseguido alternativa con tres orejas que le abrió la puerta de otra corrida en la feria murciana para saldar una segunda salida en hombros y erigirse en triunfador absoluto del ciclo.

Y si en el basket todo gira alrededor de Pau Gasol, con 35 años, y sin techo vislumbrable, en el toro el refulgir después de 25 años de Enrique Ponce es caso similar.

Si Gasol, tullido, ha sido capaz, 35 años, repito, de ser nombrado el mejor jugador del europeo recién concluido, Ponce, el sábado en Nimes, cojo perdido, volvió a marcar el camino de los jóvenes que hoy luchan por abrirse paso.

Los 40 puntos ante Francia del “manco de Sant Boi” son al basket mundial lo que las tres orejas del “cojo de Chiva” a la Tauromaquia de siempre.

Un brindis… que hay motivos…