​A toro pasado

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pjc

Mi historia de hoy, como lunes, va de toros…toros y elecciones que van de la mano…más de lo que parece.


Lo que vaya a ocurrir en las próximas horas y días –pues no hay mayorías absolutas y habrá que estar muy pendiente de los pactos post electorales- es de gran importancia para el desarrollo de la Tauromaquia en tanto en cuanto multitud de plazas de toros de todo pelaje y condición son de titularidad pública y el rumbo de facilidades o dificultades para la promoción y ejercicio, su ninguneo o ,en su caso, su exclusión dependen de la voluntad de la corporación municipal o provincial que la gobierne o que, sin hacerlo tácitamente, haga prisioneros y los toros son rehén propicio.



Ha habido una larguísima pre campaña y una campaña electoral en la que ningún partido, ni a nivel general ni tampoco en hechos puntuales locales, se ha manifestado sobre su política taurina; no le han dedicado ni una línea en los programas, ni para bien ni para mal: ni sobre su idea de “los toros” en general ni sobre la explotación y gestión de su coso en particular. Menos sobre las escuelas taurinas que son, igualmente, tuteladas por poderes públicos locales o provinciales.


El único indicio que tenemos sobre la idea que de “los toros” tienen las diferentes formaciones desde nuestro primer aviso - allá por noviembre de2014 - son muy pesimistas por sus comportamientos con ocasión de declaraciones o de votar negativamente resoluciones, principalmente en el ámbito europeo con preocupante pronunciamiento de los partidos emergentes, sorprendiendo la postura de Ciudadanos que no la de Podemos que, sin poner negro sobre blanco, es diáfana en su discurso anti taurino.

Pese a ello, a nuestro aviso llamando ¡al ataque! Y hacer política, , el sector ni ha reaccionado ni ha movido ficha para pedir definición sobre la materia a los diferentes partidos. Incluso se han dado por satisfechos con los brindis al sol de algunas reuniones privadas con el líder del PSOE que tras la cortesía de recibirlos y el diplomático diálogo posterior, negó el documento gráfico que diera fe, por si acaso.



A partir de hoy hay un nuevo mapa político y por tanto una nueva cartografía taurina de explotación y gestión. Habrá de todo, pero la expectativas no son de rebosar optimismo, por la naturaleza de unas elecciones muy sinuosas pero sobre todo por los pactos que puedan condicionar en materias poco sensibles e importantes para los políticos, y los toros son cero a la izquierda, concesiones a los bisagras que puedan tener consecuencias negativas, y en algunos casos irreversibles, para La Fiesta.



Será, como siempre, tiempo para el victimismo y las lamentaciones. Un sector que nunca prevé y siempre se duele “a toro pasado”.



Lo que sea sonará. En algunas plazas puede no hacerlo el “ta-ra-ri” a las 5 de la tarde. Y no será por no haberse “pregonao”.
La suerte está echada.



Ahora, sí, a partir de anoche, como dijo Alfonso Guerra, a España no la va a conocer ni la madre que la parió.
Siempre nos quedará San Sebastián y el consuelo de la vuelta de los toros a Illumbe tras la probable salida de Bildu.

Al revés que el “pachís” : contamos 1 y nos comen 20.  

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