No fue buena la corrida de los Hermanos Lozanos, ni tampoco la mejoró la terna; salvo Juan Del Álamo capaz de lucir hasta la confusión de la “ilustración” la movilidad acostada por el pitón derecho del 3º y aguantar cabezazos por encima del estaquillador en el que cerró plaza.
Del Álamo se fue al platillo, de una vez, nada más brindar a Felipe VI. Y a partir de ahí, su actitud, su firmeza y su aguante fueron cimentando la primera oreja de la feria.
Distancia generosa, colocación y versatilidad : el derechazo y el natural, abrochados correctamente; el circular invertido, limpio; las manoletinas finales con ajuste. La estocada final fue eficaz más que rotunda, pero había envidado a pares con “dos pitos” – o “Toribio”-(de toro) antes de pasarse a “chica” para sorprender. En el 6º su valor ante la nada de su enemigo – topando y mirando por encima de las gafas del estaquillador-no hizo devolver el trofeo conseguido.
No tenía mayor –ni menor- jugada Pepe Moral en un 2º con no mal pitón izquierdo. Su corrección al natural con momentos de nivel –como con el capote- fueron lagunas de obstinación cuando se empeñó en domeñar al animal por la guasona derecha.
Con “38 sin pares” y poco más visto sobre el tapete se pasó a “juego”, siendo mano. Más de lo mismo en un noble 5º, sin clase, con la tarde pesando.
Joselito Adame no tuvo oportunidad de “darse mus” en sus dos manos pese a llevar “las de perete”.
Cierto es que en ambas él anduvo al “tran-tran”.
En el juego del mus, “los mirones callan y dan tabaco”.
Fue, ya, en la primera de feria,
pero me parece que se va a repetir muchas tardes. Lo escribo por la “protesta” de la oreja de Del Álamo.
Escribe tu comentario