De los “Goya” al yoga taurino

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Como cada año el cine español celebró su gran fiesta de los Premios Goya.

Un éxito de todo: promoción, repercusión y asistencia profesional masiva de todos los rangos. El todo Madrid (social, político). Y el intento del toque de glamour. Otra cuestión es que guste más o menos su planteamiento, desarrollo y su oportunismo demagogo en la politización.


Impensable en estos tiempos evento similar en el “planeta de los toros”; desgraciadamente, otro planeta, otra galaxia a fuer de obsoleta y oxidada. Lo más parecido, hace más de 20 años, era la gala de la Real Federación Taurina de España y el “caché” de sus galas en el Florida Park. Eran otros tiempos. Y si mérito tenía Lucio de Sancho, no menos tiene hoy el actual Presidente Mariano Aguirre, al que el ego de otros “líderes” de aficionados y peñistas han contribuido a una diversificación de entidades fragmentadas, para mantener los “Cossío” pero a otro nivel y teniendo que suplicar al sector, no para que acuda en “piña” sino a los premiados para evitar que la representación de los galardonados la ostente el mozo de espadas, un chófer o un cuñado que pasa por Madrid.


El otro día me contaba Catalina Luca de Tena la desmoralización que suponía organizar un premio de categoría como los taurinos de ABC –el diario generalista taurino, por tradición- y tener poco menos que reclutar figuras más allá del galardonado, supliéndolo con figurones de otra época y la sociality madrileña.


Los “Paquiro” de El Mundo, una vez agotado el cupo de José Tomás y el cese de Pedro J., también se resienten del respaldo de la torería mandona en cuanto ellos no son los agraciados.


Por no entrar ya en detalles de, otrora, grandes acontecimientos de tinte local pero montados con elegancia como la Gala de Santander, los Ercilla de Bilbao, los de la Diputación de Valencia (acumulando seriales para engordar el elenco de VIPS taurinos), etc. etc. Incluso los de la Real Maestranza de Sevilla que se salvan al trufarlos con otros premios académicos y toda la “beautifull” hispalense.


Más. 8 de febrero y sin noticias de Fallas y Sevilla. Luego, eso sí, se despachará con una rueda de prensa doméstica.

En el toro el cortejo, apareamiento, fecundación, incubación, gestación, luz, vida y muerte de un hecho noticioso dura poco más de 20 minutos. Y, por supuesto, con el conocimiento, tan solo el imprescindible, del resultado final sin entrar en detalles ni pormenores que incentiven a un avance previo, un seguimiento, una cobertura y su posterior desarrollo mediático.


Así es imposible cargarse de razones para acusar a los medios de comunicación de su “desidia”; cierta, pero no menos que provocada como pescadilla que se muerde la cola.


Con esta política en el fútbol, sería utópico que el Marca, As, etc. pudieran tirar centenares de miles de ejemplares diarios y retroalimentar el resto de medios audiovisuales.


De los “Goya” al yoga taurino: meditación, concentración, aislamiento. Egocentrismo. Autismo. Endogamia. Misticismo hipocondríaco, melancolía… Victimismo. Entre Freud y Hitchcock para escrutar psiquis y designios.

Y los Hermanos Marx: “Estos son mis principios, si no le gustan, lentejas”. “La parte contratante de la primera parte….” Y en esta tauromaquia (con minúscula) de hoy el más expresivo “el mudo”.

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